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Por José Antonio Fernández
Fernández
Alejandro González Iñárritu revolucionó al cine de México y también a la cinematografía mundial con su película Amores Perros, su manera de contar tres historias impactó a millones de personas en el planeta. Asombró.
Amores Perros dio un golpe de modernidad al cine. El manejo de cámara, responsabilidad del cinefotógrafo Rodrigo Prieto, propuso una nueva estética: que el lente forme parte de la historia desde las entrañas, no solo que la registre hasta a mínima distancia.
Amores Perros transgredió la estética clásica del cine para siempre, la cámara con movimientos aparentemente sin control, muy bruscos, una foto no bonita y una narrativa poderosa revolucionaron la manera de contar historias en pantalla. Después llegaron sus películas 21 gramos, Babel, Biutiful, Birdman y Revenant, cintas todas que están hechas para sacudir conciencias y dar valor al arte cinematográfico.
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Alejandro González Iñárritu es máxima figura del cine, su extraordinaria capacidad narrativa consigue contar historias íntimas con una fuerza descomunal, los temas que toca son personalísimos y por lo tanto universales.
Ganador de los premios Pantalla de Cristal, Ariel y Oscar, construyó su carrera caminando por dos bandas: cuando hacía comerciales su línea era el sarcasmo, el humor negro. En cambio, al hacer cine sus películas son profundamente dramáticas, el humor negro solo está presente de forma muy intelectual en Birdman.
El cine de González Iñárritu tiene un sello: lleva las emociones a tope, no quiere menos en pantalla, sabe de su poder como realizador,
puede ser crítico despiadado con duros detalles.
Alejandro González Iñárritu se presentó en la UNAM, en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC, antes CUEC), a invitación de la Coordinación de Cultura, que dirige Jorge Volpi, Participaron de forma especial la Filmoteca de la UNAM y TV UNAM.
Días después, la UNAM le entregó el Doctorado Honoris Causa.
En su visita a la Escuela de Cine sostuvo una conversación con Fernanda Solórzano en la que participaron maestros y alumnos a lo largo de tres horas. De esa conversación, anoto aquí una serie de ideas y conceptos que González Iñárritu compartió con los jóvenes de manera generosa. Fue una Clase Magistral colmada de valores.
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Para explicar lo que es un guión de cine, González Iñárritu lo compara con una partitura musical:
Alejandro González Iñárritu: En el cine todo empieza con una idea, con un rayito de luz, una nota musical. Empiezas a platicar y van surgiendo imágenes, sensaciones y emociones que en un principio están disociadas. Después viene la tarea casi imposible
y terrible de traducir todo eso en palabras en una página escrita. Hay que bajar a la página en blanco (a un guión) eso etéreo que tienes dentro.
El arte de la música tiene una forma de bajarse distinta, se hace una partitura. Es muy diferente una partitura musical a un guión cinematográfico.
La partitura puede ser leída, ejecuta e interpretada de una manera muy fiel: ahí están las notas, la melodía, el ritmo, los silencios, las pausas, los volúmenes. Un músico puede tomar una partitura escrita 300 años antes y conseguir una interpretación extraordinaria
de esa obra musical en este mismo momento, siendo totalmente fiel a como fue escrita por su autor.
En cambio, el guión cinematográfico es una herramienta muy limitada para hacer una película. Quien lee el diálogo de un guión podría parecerle sin sentido, en realidad es que se trata de una idea para saber en qué dirección van los parlamentos.
Todo lo que es una película, que son los silencios, los espacios, la luz, la experiencia espacio temporal que es el cine, no se pueden escribir en un guión.
El guión cinematográfico no cuenta con las herramientas (exactas) de la partitura musical.
Yo envidio la posibilidad que tienen los músicos de que su obra nunca pueda ser desinterpretada, la partitura musical indica prácticamente todo.
Como director de cine muchas veces llegas a un set a hacer tu labor creativa, que es deprimente y devastadora, y te enteras de que la locación no se consiguió, que la luz no está, que el actor se enfermó, que hay problemas por todos lados. Y en ese contexto el director debe recordar cómo fue el tono en el que se grabó tal escena hace unos días y en qué tono se propone grabar en ese instante una siguiente secuencia. No existe ningún papel escrito que tenga previsto todo lo que estoy diciendo y el qué hacer en tal caso.
La ventaja de la composición musical es que no se depende de tanta gente, se da una colaboración entre los músicos. Se hace patente lo que digo cuando vemos tocar a sinfónicas y filarmónicas, cuartetos, tríos.
Guillermo Arriaga (guionista del largometraje) sí tiene un crédito muy importante en la película Amores Perros.
En la conversación definió lo que es para él la publicidad
Alejandro González Iñárritu: Cuando hacía publicidad todo partía de una ocurrencia (eso es la publicidad: son ocurrencias). Hay que tener astucia narrativa para contar esa ocurrencia en uno o dos minutos. Los clientes nos odiaban (a Z Films, casa productora que tenía con Raúl Olvera) porque éramos antipublicistas, muchas veces ni siquiera poníamos sus productos en pantalla.
El público es importante para el cine, pero debe ir al final. Hizo también crítica al cine actual
Alejandro González Iñárritu: El público es importante en el cine, pero debe de ir al final.
Si lo pones al principio, entonces estás haciendo publicidad.
Aclaro algo importante: decir que no te interesa el público sería decir una mentira. Yo no haría una película para yo verla solito, no estoy loco. Hacemos cine para los demás.
Yo creo en las frecuencias, se dan cuando podemos entendernos, comunicarnos, lo que no significa estar de acuerdo.
Cuando haces cine y el público entra en la frecuencia de tu película, es delicioso. Sucede algo similar en las fiestas con amigos, todos están en la misma frecuencia.
El problema de una película es cuando no consigue comunicar lo que sientes o piensas.
El público no puede ser el fin primario del cine, desde que yo hago publicidad pienso así.
La verdad del cine radica en la resonancia emocional.
Hoy veo al cine muy racional, el cine está perdiendo ser cine, que es su capacidad de que eso que se ve en la sala de cine no pueda verse ni sentirse en ningún otro lugar.
Sobre la verdadera batalla al hacer cine
Alejandro González Iñárritu: La parte técnica del cine es la más tortuosa, aunque técnicamente el cine es fácil, hay muchos textos que explican cómo hacerlo de forma básica. La verdadera batalla está dentro de uno mismo, eso no se aprende en ninguna escuela y en ningún libro.
Sobre una gran responsabilidad del director
Alejandro González Iñárritu: Y algo muy importante: en una filmación el director debe ser responsable de lo que hace en la producción, debe cuidar la vida de todos. En Amores Perros tuvimos suerte, mucha suerte.
Sobre la posición de la cámara
Alejandro González Iñárritu: El director narra la historia desde un punto de vista, eso significa que debe decidir dónde colocar la cámara. Si la mueve unos centímetros, entonces el punto de vista cambia y la historia también puede cambiar
Para explicar lo que es un guión de cine, González Iñarritu lo compara con una partitura musical:
Alejandro González Iñárritu: Cuando yo empecé a dirigir lo hice irresponsablemente, aprendí por prueba y error, tuve a la práctica como maestro. Pero me sentí muy limitado. Entonces deliberadamente entre a estudiar teatro con el maestro Ludwik Margules, él nos decía: un actor debe estar parado, sentado o acostado, es la gran pregunta qué se hace un director.
Margules nos decía que no podíamos llegar a dirigir sin saber de arte, de pintura, de música...
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