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Por José Antonio Fernández Fernández
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José Antonio Fernández Adrián Uribe Cinedot
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Actor Estrella del Cine Mexicano de Aventura ________________________________
Hugo Stiglitz, guionista, productor, director, primer actor, ha participado en más de 150 películas. Recibió un homenaje muy especial del director Quentin Tarantino en su película Bastardos Sin Gloria, uno de sus personajes principales se llama Hugo Stiglitz. A lo que el actor me comentó: mejor me hubiera invitado a actuar en la película.
También fue galardonado por el Festival de Cine de Tequila, y hace apenas unos días recibió el premio Nosferatu, del Festival de Cine de Sitges, en España.
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Hugo Stiglitz es protagonista de películas emblemáticas del cine nacional, como Robinson Crusoe, Tintorera, Supervivientes de los Andes, Las Fieras y Salvemos a Keiko. Le reconocen las nuevas generaciones por su participación especial en la película No se aceptan devoluciones, dirigido por Eugenio Derbez. Encuentra la forma de infundir valentía. De hecho es un actor siempre valiente, se ha enfrentado a todo tipo de animales, su contacto con los peligros de la naturaleza es una constante en su carrera cinematográfica. La cámara de cine quiere su personalidad, retrata siempre muy bien. Domina lo que es actuar sin decir un solo diálogo en pantalla, no requiere de los parlamentos para lograr que el público viva máximas emociones.
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Hugo Stiglitz es estrella del cine mexicano de aventuras. Su emblemática trayectoria, confirma que es posible producir cine de aventuras en México, aunque no es fácil realizarlo porque exige mucha más acción que diálogos. Hacer cine de aventuras es ponerse al tú por tú con el cine de Hollywood, con todos los riesgos que eso implica.
El público suele ser rudo cuando se nota falso el cine de aventuras, pero también siempre agradece que se produzca porque sabe que sus emocionantes escenas extraordinarias lo harán vibrar en la sala. De eso se trata hacer y ver cine.
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José Antonio Fernández: Tienes una personalidad cinematográfica que capta muy bien la cámara en todas tus películas. Hugo Stiglitz: A mí me invitó a hacer cine un editor, Alfredo Rosas Priego. Lo primero que hice fue un western con Alberto Mariscal, le gustaba mucho mi trabajo en escena. Después hice cine de terror, de aventuras.
Es muy interesante lo que sucede cuando eres un actor, te conviertes en realidad en ese personaje y eso es lo que provoca que conectes con el público cuando te creen; si ven la pantalla y creen lo que están viendo dentro de la sala, el momento se vuelve inolvidable. Así se logra vivir la experiencia del cine.
José Antonio Fernández: Por muchos años, el público iba a ver tus películas o compraba tus DVDs de videohomes porque veía en la portada o en el cártel, tu nombre: Hugo Stiglitz. Hugo Stiglitz: Te puedo decir que Hugo Stiglitz ha interpretado capos, caciques, almirantes, policías, cabrones. Mi trabajo en el cine ha sido mucho de escenas de acción, de tener facilidad con las armas y de que el público vea que mi personaje efectivamente sabe manejar armas, montar a caballo, sumergirse en el mar, pelear con animales.
Mi padre era un gran deportista. Mi abuelo me enseñó a montar, a manejar armas y tirar. El mayor Haro Oliva me dio clases de esgrima cuando yo tenía doce años, él era competidor olímpico, ganó medallas en los Centroamericanos.
Yo fui siempre un actor muy completo, podía hacer prácticamente todo lo que marcaban los guiones. Les recomiendo a mis compañeros actores jóvenes que se preparen para ser más diversos, que no piensen que esto de ser actor se trata de salir en la tele y ya. Hay que estar preparados. Practicar y conocer todo tipo de deportes ayuda mucho, hasta los guionistas te escriben escena especiales pensando justamente en ti.
Considera que yo corría coches desde antes de entrar al cine, era un atleta. Jugador de tenis, nadaba, sabía bucear muy bien. Andaba descalzo en Acapulco. Las escenas de correr descalzo en las selvas de las películas, no se me dificultaban.
José Antonio Fernández: Robinson Crusoe fue la película que te lanzó a la fama. Hugo Stiglitz: Me siento bien recordándola, se estrenó en 1968. Fue sorprendente para el público ver que el cine mexicano hacia una película tan difícil, todo un gran reto. Hoy sigo en los sets, participé este año en la película Caras vemos de uno de los Bichir.
Han pasado muchos años, me invitaron a entrar al cine cuando yo vivía en Acapulco. En ese tiempo me dedicaba a la ingeniería, a la construcción. La vida me trajo al cine y encontré que era mi lugar, es fascinante. Descubrí un mundo con el que me llevo muy bien.
José Antonio Fernández: ¿Cómo surgió la idea de realizar la película Los Supervivientes de los Andes y dónde la hicieron? Hugo Stiglitz: Producir Los Supervivientes de los Andes fue una gran experiencia.
Luego de que sucedió el accidente del avión, se publicaron dos libros: Viven y otro con el título Supervivientes. En Hollywood compraron en millones de dólares los derechos de Viven, el autor de Sobrevivientes se quedó sin nada. Entonces establecimos contacto con él, René Cardona y yo. Hicimos trato.
Le propuse a René Cardona producir la película en Colorado, en donde hay nieve pero también de inmediato todas las facilidades de hoteles y demás. Ahí simulamos los Andes. La producción del interior del avión fue en Estudios Churubusco. Los actores comimos en escena carne de res cruda para que tuviera todo el realismo. Incluso hay tomas con cadáveres verdaderos. La compró Universal y se distribuyó en todo el mundo, fue vista en más 80 países.
José Antonio Fernández: Tú hiciste mucho del cine de aventuras en México. Las películas mexicanas de cine de acción dejaron de producirse. Hugo Stiglitz: Cuando empezamos a hacer cine de acción, vimos que hacía falta porque efectivamente se había abandonado al público que le gusta el cine de aventuras, eso lo sabe muy bien Hollywood. De hecho para ellos es el cine más rentable, ingresan decenas y hasta cientos de millones de dólares y más con sus películas de aventuras, que la mayoría están dirigidas a toda la familia. Es emocionante el cine de aventuras y nosotros en México nos atrevimos a hacerlo durante muchos años, en su momento sí se logró tener un gran público que esperaba nuestras películas en México y en otros países, por supuesto en Estados Unidos.
Cuando ese cine de aventuras a la mexicana llegó a la pantalla, se dio un buen contagio. Por ejemplo, una Navidad recibí una llamada de Reino Aventura para hacer la película Salvemos a Keiko, con la ballena que ellos tenían. Por supuesto que había que producirla. A Keiko le gustaba la cámara. Hicimos trato con Reino Aventura, mi hermano Gustavo y yo. Creamos una historia con el escritor Antonio Orellana. Invitamos a Ramón Bravo, que era un buzo excepcional muy famoso, productor de sus propios programas de televisión y defensor de la naturaleza. Conocía el mar como pocos en el mundo.
José Antonio Fernández: En la película No se aceptan devoluciones interpretas a un papá que tiene una método especial para que el hijo pierda el miedo. "Es tuyo el sha-sha-sha". Hugo Stiglitz: Yo hice mío al personaje, pero todo lo que ves en la película es de Eugenio Derbez, es un genio. Ese Sha-Sha-Sha yo lo hice mío
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