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Diferente |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 05 de marzo 2024 |
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Por José Antonio Fernández Fernández
El Profesor de primaria pidió a sus 60 alumnos: levanten la mano los que se lavan los dientes. Todos alzaron la mano. Después les hizo una segunda pregunta: ahora levanten la mano los que se lavan los dientes con pasta de dientes. Levantaron la mano 59.
59 alumnos más el profesor clavaron su mirada en el único alumno que no levantó la mano. Algunos de los 59 rieron, unos con ese asombro infantil auténtico y dos o tres lo hicieron ya de forma burlona. El Profesor, después de un silencio que se hizo largo, se levantó del escritorio y se acercó al alumno que no se lavaba los dientes con pasta de dientes. Le preguntó: ¿Puedo ver tus dientes? El niño respondió que sí, se los mostró. Después El Profesor pidió le permitiera ver sus muelas. Sorprendido, le comentó: tienes todos tus dientes y muelas muy blancas. ¿Alguna vez has ido al dentista por muelas picadas? El alumno le dijo que "no, nunca".
Luego de escuchar muy atento su respuesta, El Profesor preguntó a todos en el salón de clases: levanten la mano los que han ido al dentista por muelas picadas y que ya se las taparon. Levantó la mano la inmensa mayoría. En ese momento, los niños que se habían reído de su compañero que no se lavaba los dientes con pasta de dientes, transformaron su expresión. Los más burlones hicieron hasta cara de rabia, no entendían lo que estaba pasando, se sumían debajo de su pupitre.
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Ante la situación, El Profesor nunca perdió su semblante y su actitud de respeto para todos. Dentro de su mente, una voz le decía: "si no sabes reaccionar ante tus alumnos, pondrás el mal ejemplo. Ya pasaste la primera prueba, al no hacer mofa del niño que no se lava los dientes con pasta de dientes, también después cuando no te burlaste de los otros 59 que se quedaron sorprendidos y tu actitud fue respetuosa al ver que la inmensa mayoría confesó haber ido al dentista por muelas picadas, aún cuando se lavaban los dientes con pasta de dientes. ¿Qué debes decirle ahora a tu grupo de alumnos? Sé lógico, pregúntale al niño con qué se lava los dientes". Así lo hizo El Profesor, hizo caso a su voz interior.
El alumno respondió: Mi abuelita quema tortillas, con el carboncito que queda le agrega bicarbonato, con eso me lavo los dientes. Y me enseñó a tomar licuados y aguas sin azúcar, me dijo que no la necesitan porque ya todas las frutas traen azúcar.
Los 59 alumnos se quedaron mudos. El Profesor les dijo: su compañero nos acaba de explicar lo que es el efecto dominó, causa y efecto. También les pidió escribieran el significado de la palabra diferente. De tarea, todos van a traer otro ejemplo de causa-efecto para mañana.
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Al día siguiente, cada alumno pasó al frente del salón para compartir su tarea, los 60. Hubo muchas risas, no burlas. La alegría colmó el salón de clases con anécdotas llenas de vida, esa mañana aprendieron a valorar para siempre las semejanzas y más aún las diferencias. Rieron bastante (JAFF)
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