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Erizos de mar |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 06 de marzo 2023 |
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Por José Antonio Fernández Fernández
El erizo es el animal marino más miedoso, tanto que se rodea de espinas para que nadie lo toque. Por esas espinas, el erizo tampoco puede acercarse a nadie, vive aislado aún cuando viva en una mar que puede asemejarse al paraíso.
El erizo vive seguro dentro de sí mismo, aunque necesita de su entorno para alimentarse. Cierto, está aislado a más no poder, pero se alimenta de todo un ecosistema que le rodea sin el que no podría sobrevivir.
&nbps; No tocar al erizo es un imperativo, quien lo toca sale espinado.
Pero el erizo por sí mismo no tiene opción, así es. No hay forma de que cambie. Lo que llama la atención es su forma extrema de protegerse de los demás, es exagerado. Es tal el aislamiento por sus filosas espinas que lo rodean, que ni siquiera el erizo de mar posee cerebro, no lo necesita. No piensa nada.
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Prácticamente todos los animales del planeta conviven con la naturaleza, incluyendo cualquier tipo de animales, muchas de las veces de forma totalmente amigable. Ninguno de los animales por dejarse tocar, pierde su esencia.
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Los animales salvajes son muy celosos de sí mismos y de sus manadas, difícilmente veremos a changos siendo amigos de leones o a elefante con jirafas, eso solo sucede en las películas de Disney.
El animal que más convive con otros animales en el planeta es el ser humano. Convive, hace amistades, hace planes y los planes cambian a personas y comunidades. El toqueteo entre los seres humanos y de los seres humanos con la flora y fauna es intensivo, tanto que a estas alturas del mundo se escuchan constantemente alarmas.
Imposible que un ser humano viva como un erizo, intocado. Imposible que los seres humanos y sus comunidades vivan por días, meses, años o siglos encerrados en sí mismos como erizos, eso no sucede ni sucederá. Es imposible.
La enorme ventaja del ser humano, a diferencia de los erizos de mar, es que el ser humano tiene cerebro, puede pensar. Y pensar entre otras cosas da la posibilidad de imaginar el futuro, de construir, de hacer realidad los sueños individuales y colectivos. Que un ser humano viva como si fuera un erizo de mar, intocado, no tiene sentido por ser inverosímil.
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Construir es lo que hace grande al ser humano, pero cuando se construye no hay que olvidar el por qué existen los erizos de mar: fueron tan atacados, que en alguna época del mundo tuvieron que desarrollar espinas largas y filosas para defenderse. Pero se les pasó la mano. La moraleja está a la vista (JAFF)
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