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Tod@s |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 04 de noviembre 2020 |
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Una palabra empezó a retumbar su mente día y noche, la escuchó en el desayuno, la comida y la cena en un mismo día. Después la volvió a oír cuando pasó por uno de los largos pasillos de las oficinas. De nuevo la oyó en la madrugada en uno de esos sueños realistas que al despertar hacen sentir una experiencia como de predicción que inquieta.
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Esa palabra le empezó a perseguir a todas horas, sentía mucha presión. Tuvo una sensación especial: la palabra Tod@s la sentía dentro, tenía enormes ganas de decirla a voz en cuello, que se oyera lejos, pero algo se lo impedía.
A los tres días se dio cuenta que la palabra Tod@s vivía ya dentro de su estado de ánimo y era como una olla de presión. Tuvo una sensación: lo primero que necesitaba hacer era decírsela a sí mismo, entonces fue que buscó un espejo, cerró la puerta y se la dijo frente a frente casi susurrando, como al oído. Por fin escuchó de su propia voz esa palabra que no quería mencionar.
Así, quedito, se dijo una y otra vez al oído: Tod@s, Tod@s, Tod@s, Tod@s, Tod@s. ¡Tod@s! ¡Tod@s!
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Dejó el espejo y abrió la puerta, algo había pasado en su rostro, estaba lleno de vida. La palabra Tod@s ya no retumbaba en su mente, ahora vivía a flor de piel. Siguió diciéndose la palabra Tod@s a sí mismo a cada paso.
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Cuando llegó a la sala de juntas le pidieron que hiciera un comentario, a lo que respondió sin titubeo alguno: aquí falta que consideremos a Tod@s.
Después, al llegar a su casa le hicieron varias preguntas, respondió así: lo que se decida entre Tod@s.
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Se dio cuenta de que al decir Tod@s, quienes escuchaban la palabra recibían el mensaje de muy buena lid, su rostro se iluminaba. Se percató que esa palabra Tod@s tenía un poder especial, provocaba un sentimiento maravilloso: unión.
Esa noche salió a caminar, vio tiendas abiertas, restaurantes, comercios, luz en la ventanas de las casas, escuchó volar aviones, motores de autobuses y tráilers a lo lejos. De pronto sintió que vio a Tod@s de un solo golpe. Recordó que alguna vez se hizo una campaña publicitaria presidencial en México, la de López Portillo (que terminó vilipendiado), con un slogan (una frase publicitaria) que incluía la palabra Todos como gran protagonista. La escribieron así: La solución somos Todos. Se dio cuenta que esa apuesta falló porque debió escribirse de otra forma, para sí incluir a Tod@s: La Solución Somos Tod@s(JAFF)
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