Por José Antonio Fernández Fernández
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MARÍA NOVARO DANIEL BIRMAN RIPSTEIN HUMBERTO PADGETT
Angélica Lares es Directora de El Taller de El Chucho, centro de producción de animación stop motion único en México, pertenece a la Universidad de Guadalajara. Cuenta con instalaciones de tamaño mayor en la capital tapatía, espectaculares. Forma parte ya de la historia del cine de Hollywood, ahí realizaron secuencias de la película Pinocho de Guillermo Del Toro, cinta ganadora del Oscar y muchos premios más. El nombre El Taller de El Chucho se lo puso el mismo Guillermo Del Toro, artífice del centro de animación junto con Raúl Padilla, quien fue el promotor número uno de este fantástico lugar de cuento desde la UdeG. Padilla se encargó de que El Taller de El Chucho cuente con espectaculares (muy grandes) instalaciones y presupuesto básico de operación. Los fondos mayores le deben llegar por proyecto a producir. P or cierto, se llama El Taller de El Chucho porque ahí trabajan como perros (¡muchísimo!), y en Guadalajara a los perros de cualquier tamaño o raza les dicen chuchos.
José Antonio Fernández: ¿Qué ves hoy y a futuro en El Taller de El Chucho que te parece tan atractivo? Angélica Lares: Para empezar, es importante tomar en cuenta que se trata de un espacio único, sui géneris. No existe un centro de producción de animación así en ningún lugar del mundo. Desde la mano de Guillermo Del Toro y formar parte de la infraestructura de la Universidad de Guadalajara, más la oportunidad extraordinaria de acercarnos y nutrirnos de los jóvenes. Igualmente la posibilidad de hacer enlaces con otras universidades y con más estudiantes y maestros. El Taller de El Chucho es una espacio de creación muy particular que se ha venido construyendo en Guadalajara desde hace muchos años. Hablo que esto inició desde hace 3 décadas, cuando el Taller todavía ni siquiera existía como tal. Estaban Rigo Mora (pionero del cine animado en stop motion), Rita Basulto (4 premios Ariel), Juan Medina (uno de los 7 Sabios) y René Castillo (ganador del Festival Pantalla de Cristal por el corto Hasta los huesos, obra de arte sublime que ha inspirado hasta largometrajes de Hollywood). Sin duda la médula espinal de El Taller de El Chucho fue la visión de Guillermo Del Toro y el apoyo y empuje también de Raúl Padilla para hacerlo realidad. Guillermo Del Toro quería un centro de producción en stop motion que tuviera todas las facilidades para la creación, justo eso es El Taller de El Chucho. Vemos ya la oportunidad de ampliarnos a otras técnicas de animación, y lo haremos porque la rebanada de pastel del stop motion en el mundo de la animación es muy delgada. Por supuesto que tenemos la capacidad para entrar con más mayor versatilidad a la producción animada. Es un mercado muy grande, estamos en expansión. Yo veo un futuro muy prometedor para El Taller, estamos encontrando voces jóvenes que están preparadas para tomar la estafeta, vivimos el relevo generacional. Se inició ya la producción de un corto que propuso una chica muy joven, Cecilia Andalón. Contamos con todo un ambiente dentro y fuera de El Taller de El Chucho que nos abre muchos caminos y posibilidades.
José Antonio Fernández: ¿Si de pronto la animación no Stop Motion tuviera mucho trabajo en El Taller de El Chucho, cambiarían su vocación original? Angélica Lares: De ninguna manera. La animación en stop motion es nuestro origen, nuestra vocación, siempre estaremos produciendo historias en stop motion. Pero también es bueno para El Taller que exploremos otras técnicas, sin duda será enriquecedor. Los artistas que colaboran tienen mucha capacidad y es muy bueno ampliar las fronteras de la creatividad. Hacer animación 2D y 3D está en nuestros planes, incluso estamos abiertos a dar servicios de otro tipo. Tenemos foros que son espectaculares, incluso hemos trabajado con artistas plásticos haciendo piezas de distintos tamaños. Contamos con impresoras 3D sorprendentes. Platicamos con museos para hacer museografía. Hay muchas vertientes a desarrollar, nuestra infraestructura es muy grande y será más grande
José Antonio Fernández: ¿Cómo logran convocar a los animadores? Angélica Lares: Hay varios caminos. Cuando hicimos Pinocho llegaron a colaborar con nosotros 35 animadores. Mucha gente se acerca a través de las redes sociales. Escuchamos siempre a quien nos escribe y nos envía su portafolio de trabajo. Cuando tenemos una producción le llamamos.
José Antonio Fernández: ¿Cómo imaginas en cinco años a El Taller de El Chucho? Angélica Lares: Realizando producciones propias y creciendo es servicios. Acercándonos mucho más a la comunidad de México y de todo el mundo. Estuve en Chile, firmamos un convenio. Sé que tenemos todo para convertirnos en un puente entre la industria norteamericana y la de América Latina y también tiene la vista mirando a Europa.
La producción de una largometraje animado se lleva hoy unos 3 ó 4 años porque ya lo podemos hacer de una forma más industrializada. El presupuesto es importante, varía mucho uj proyecto con otro. El rango de un largometraje en stop motion de tala mediana, ronda entre los 8 y 12 millones de dólares, es solo un cálculo
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