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Por José Antonio Fernández
Fernández
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Guillermo Navarro ganó el
Oscar en 2006 a la Mejor Fotografía por la película El Laberinto
del Fauno, una extraordinaria obra de arte cinematográfica escrita
y dirigida por el también mexicano Guillermo del Toro.
Navarro es el único cinefotógrafo mexicano que se ha llevado la
codiciada estatuilla símbolo de Hollywood.
Otros tres cinefotógrafos mexicanos alcanzaron la nominación al
Oscar, pero no lo ganaron:
• Gabriel Figueroa en 1956, por La noche de la iguana.
• Emmanuel Lubezki en cuatro ocasiones ha logrado la nominación (es
el mexicano que más veces ha estado nominado al Oscar) por La princesita
en 1995, La leyenda del jinete sin cabeza en 1999, The New World en 2005 y Niños
del hombre en 2006.
• Rodrigo Prieto en 2005, por Secreto en la montaña. La historia
de los premios Oscar no ha sido fácil para los mexicanos. Sólo
unos cuantos elegidos aparecen en la lista de orgullosos ganadores:
• En 1952, Anthony Quinn, mexicano nacido en Chihuahua, obtuvo el Oscar al Mejor
Actor de Reparto por la cinta ¡Viva Zapata!
• En 1956, de nuevo Anthony Quinn dio felicidad a México al ganar
el Oscar por la película Lust of Life, también como Mejor Actor
de Reparto.
• En 1971, Centinelas del Silencio, producido por el mexicano Manuel Arango y
dirigido por Robert Amram, ganó dos premios Oscar por Mejor Corto Documental.
• En 1973, el mexicano Gonzalo Gavira gana el Oscar por los Mejores Efectos Sonoros
de la cinta El Exorcista. Aterrorizó a
medio planeta.
• En 1993, Javier Bourges gana el Oscar Estudiantil Extranjero por el corto El último
fin de año.
• En 2001, Rodrigo Plá obtiene también el Oscar al Mejor Corto
Estudiantil Extranjero por El ojo en la nuca.
• En 2002, Regina Reyes, junto con Beatrice John, John Jackson y Judi Chin, ganó el
Oscar al Mejor Maquillaje por Frida.
• En 2003, Patricia Riggen ganó la Medalla de Oro por Mejor Cortometraje
Estudiantil en la categoría Narrativa, por La Milpa.
• En 2006, Eugenio Caballero ganó el Oscar por Mejor Dirección
de Arte también por la película El Laberinto del Fauno, junto con
la española Pilar Revuelta.
En más de 80 años de la entrega del Oscar, sólo 10 estatuillas
de la Academia de Hollywood engalanan vitrinas de México. Una de ellas
la tiene Guillerno Navarro, quien ha colaborado en otras películas de
Guillermo del Toro (Cronos, Hellboy) y en largometrajes de realizadores como
Nicolás Echeverría (Cabeza de Vaca), Alejandro Pelayo (Morir en
el Golfo), Robert Rodríguez (Desperado y Spy Kids con Antonio Banderas),
Quentin Tarantino (Jackie Brown) y Shawn Levy (Una noche en el museo). Es parte
también
ya del equipo de The Hobbit, espectacular súper producción dirigida
por Guillermo del Toro que tiene como
productor ejecutivo a Peter Jackson. Es una adaptación de la novela de
J.R.R. Tolkien (El Señor de los Anillos).
Entre película y película, Guillerno Navarro se da tiempo hoy para
filmar comerciales en México con la casa productora
Cine Concepto, una de las de mayor tradición de nuestro país, que
dirige su fundador Paco Murguía, realizador de enorme prestigio en el
mercado publicitario mexicano. Interesante será ver
el trabajo de Navarro en México.
Los creativos de las agencias tienen la única oportunidad de imaginar
historias extraordinarias que requieran de un cinefotógrafo
extraordinario.
José Antonio Fernández: Tú has ganado varios premios como
cinefotógrafo, son reconocimientos que, sin duda, todos ellos, marcan
y dan realce a tu trayectoria. Subrayo que todos los premios son
importantes en tu carrera. Pero hay uno que brilla de manera especial. Eres
el único cinefotógrafo
mexicano de la historia que ha obtenido un premio Oscar, lo ganaste por la
fotografía
de El Laberinto del Fauno ¿Qué sientes cuando ves en tu vitrina
de premios ese Oscar que es tuyo?
Guillermo Navarro: Por la fotografía
de El Laberinto del Fauno gané también La rana de Oro en Cameraimage,
el Goya en España, el premio de los Críticos de
Nueva York, de Boston y de Florida.
También el Spirits Award, del cine independiente. El premio que da Kodak,
el de Grecia, que es el Alejandro Magno, mi primer Ariel (antes había
sido nominado en México por Cabeza de Vaca,
Cronos y Morir en el Golfo), y el Oscar. Me siento muy bien.
José Antonio Fernández: ¿Enloquece ganar tantos premios
por una obra? ¿Asimilaste rápido tanto galardón
obtenido por El Laberinto del Fauno?
Guillermo Navarro: Sí es muy fuerte.
José Antonio Fernández: ¿Qué pasa, cuéntame
qué sucede con tanta gloria?
Guillermo Navarro: Toma mucho tiempo entender
realmente el peso de todo. Yo me di cuenta del peso hasta un año
después.
El premio al cinefotógrafo es algo muy particular porque hay demasiadas
cosas que están en juego. La interpretación de las personas que
dan el premio es tremendamente crítica.
Como finalmente la cinematografía es el lenguaje del cine, porque sin
imágenes sencillamente no hay película, el premio es totalmente
central en el quehacer cinematográfico.
El Oscar y el Camerimage son los dos premios más importantes en el mundo
para la cinematografía, y en ese 2006 tuve la fortuna de ganar los dos.
José Antonio Fernández: Me cuentas que tardaste un año
para asimilar el peso del Oscar y del resto de los premios de ese increíble
año 2006, en el que brilló tu nombre junto con el de Guillermo
del Toro y Eugenio Caballero por El Laberinto del Fauno. Cuéntame más
de ese peso que sentiste.
Guillermo Navarro: La noche anterior a la entrega
del Oscar organizan una cena a la que yo acudí ya como nominado. Di
un discurso y vi cómo la
atención de todos los medios y de toda la gente se centra con toda su
fuerza en los nominados, pero te confieso que hasta ese momento no tenía
total conciencia de la importancia de todo esto.
Al año siguiente fui a la misma cena de nominados la noche anterior
de la entrega del Oscar, y llegué ya como ganador. Entonces vi todo
con otra perspectiva.
Te lo digo así: yo recibí el Oscar número 79 a la Mejor
Fotografía. La reunión en la que ahora te ubico celebraba la
entrega 80 del Oscar. Sólo hay diez cinefotógrafos que tienen
dos premios Oscar en toda la historia. Del total, treinta o más están
muertos y quince ya no trabajan. De los más de 80 premiados por la Academia
que somos hoy, en activo no sumamos más de quince. En esta cifra me
detengo y ahí es cuando
me doy cuenta del peso del premio.
José Antonio Fernández: ¿Te cambió la vida ganar
el Oscar?
Guillermo Navarro: Mi vida personal, no. No
podía permitir que el Oscar cambiara mi vida. Eso no. Algunas cosas,
sin duda, pero no la esencia.
José Antonio Fernández: ¿Y tu vida comocinefotógrafo,
al momento de filmar?
Guillermo Navarro: Después del Oscar
sí cambié procedimientos
de mi trabajo. Hoy debo seleccionar qué película voy a hacer.
No puedo entrarle a cualquier largometraje porque la presión de filmar
para mí es muy fuerte.
Debo estar seguro de que se van a dar las condiciones para realizar un buen
trabajo, porque yo estoy obligado a entregar material de altísima calidad
siempre. Hoy no puedo aventurarme tan fácilmente.
A lo mejor esto que te digo hoy, cambia en el futuro. Por lo pronto, hoy debo
ser muy cuidadoso.
Ganar el Oscar también me ha llevado a exigirme a mí mismo los
mayores resultados siempre.
José Antonio Fernández: ¿Qué debe tener una película
para que aceptes realizar la fotografía?
Guillermo Navarro: La tengo que ver cuando leo el guión,
si no la veo no la puedo hacer.
José Antonio Fernández: ¿Te has equivocado en tu elección?
Guillermo Navarro: Sí, por supuesto.
Cuando vas construyendo tu carrera es muy importante que filmes distintos géneros
y participes en diferentes tamaños de producción para que enfrentes
problemas diversos.
Yo he aceptado películas muy variadas porque nunca quise que se me catalogara
como fotógrafo de un género específico. En los estudios
de Hollywood tienden a catalogar a los fotógrafos: los de acción,
los de terror, los de comedia y así sucesivamente.
Yo he filmado de todo. Igual fotografié Stuart Little que Jackie Brown,
con Tarantino como director.
Hoy puedo realizar la fotografía de cualquier tipo de película.
No estoy encasillado en ningún género. En ninguno.
José Antonio Fernández: No cualquier fotógrafo domina
todos los géneros del cine, es algo sumamente difícil. Esa facilidad
y ese entusiasmo que siempre has tenido para fotografiar cualquier género
de película, ¿de dónde te viene?
Guillermo Navarro: Como cinefotógrafo te puedo decir que esto de entrarle
a todos los géneros es un asunto conceptual. Me gustan el cine y su
esencia.
Si la cinematografía es el lenguaje del cine, pues yo sé cómo
contar historias con imágenes, cómo crearlas y procesarlas, independientemente
de si la película es comedia o acción.
Me gusta contar cualquier historia que me apetezca, que me llame, sin importar
el género.
José Antonio Fernández: ¿Qué es vivir en Hollywood,
en la meca del cine?
Guillermo Navarro: Para mí, como gente de cine, la diferencia entre Holywood
y México es la siguiente: en México hacer cine era una situación
de excepción, en Hollywood es algo cotidiano. Miles viven del cine.
José Antonio Fernández: Agrego: miles viven del cine en Los Ángeles,
pero muy pocos ganan un Oscar.
Te hago una pregunta que en México flota en el ambiente: ¿se producen
con muchos recursos las películas de Hollywood?
Guillermo Navarro: No siempre. Lo que te puedo
decir es lo siguiente: en el sistema de producción de Hollywood cada
quien tiene la obligación de ser muy productivo. Es el
método.
En los largometrajes de Hollywood tienes acceso a recursos, pero estás
obligado a administrarlos muy bien. A cuidarlos y a obtener resultados.
José Antonio Fernández: Recuerdo que en el libro El último
suspiro, en el que Jean Claude Carrière cuenta la vida de Luis Buñuel,
comenta que Luis Buñuel aprendió a filmar con el muy eficiente
sistema de Hollywood (lugar en el que vivió), por lo que no le gustaban
los desvelones ni los grandes maratones de filmación de más de
10 ó 12 horas en el set.
¿Qué tan fuerte se trabaja hoy en Hollywood?
Guillermo Navarro: En Hollywood se trabaja mucho,
12 horas diarias de filmación. Los maratones de 20 horas de filmación
corrida prácticamente no
existen en el rodaje de películas. Tal
vez se dan en los comerciales. En un largometraje no puedes trabajar con esos
maratones porque los rodajes se llevan meses.
Te matarían esos maratones en todos los sentidos, tanto por desgaste
físico,
como mental, emocional y económico.
José Antonio Fernández: Eres hoy un gran maestro como cinefotógrafo. ¿Quién
te enseñó a tí?
Guillermo Navarro: Yo mismo fui mi maestro. Soy completamente
autodidacta.
No fui a la escuela a aprender fotografía. Nuncame inscribí en
ninguna. Hice fotografía fija desde muy chico. Trabajé con
distintos fotógrafos, aprendí el proceso, experimenté mucho
y corrí riesgos.
Sin duda hubo fotógrafos con los que trabajé y de los que aprendí,
pero básicamente soy autodidacta, no tuve ninguna formación académica.
José Antonio Fernández: De esos fotógrafos con los que
trabajaste, ¿alguno
te enseñó algún truco especial o algo muy importante que
te acompañe en tu trabajo todos los
días?
Guillermo Navarro: Hay muchos fotógrafos que cometen un grave error que
vale la pena comentar justo en este momento: el aprendizaje más importante
para un cinefotógrafo, es que justamente en este
oficio no hay tal cosa como un truco o una receta.
Si trabajas por receta, no serás un buen fotógrafo. El buen fotógrafo
interpreta y sabe poner en acción lo que interpreta. Quien trabaja con
recetas, simplemente está repitiendo la interpretación de alguien
más y estás creyendo que las cosas sólo se hacen
de una sóla manera Es el mayor error en el que puedes caer. Así no
es. ¿Por qué pensar que siempre el exterior noche debe hacerse
con ciertas características?
En este oficio de la fotografía, todo se desprende de entender la historia
que estás contando y de cómo
la ves. Cada shot que haces es un proceso que debes atravesar.
José Antonio Fernández: Me queda claro que estás entendiendo
y describiendo al cinefotógrafo como un creador, como un artista que
debe asumir que lo es.
Guillermo Navarro: Exactamente es lo que digo.
José Antonio Fernández: Como cinefotógrafo, ¿te
viste desde el inicio como un artista, como un creador?
Guillermo Navarro: Nunca me he puesto ese nombre
yo mismo, el de artista, de creador, pero ese ha sido mi proceso en mi trabajo.
José Antonio Fernández: En el caso
de El Laberinto del Fauno, desde mi punto de vista se trata de una extraordinaria
obra de arte.
Guillermo Navarro: El Laberinto del Fauno quedará en
la historia del cine como una de las películas mejor hechas.
José Antonio Fernández: Cuando estaban arrancando con el rodaje
de El Laberinto del Fauno, ¿tenían la
conciencia de que realizaban una obra de arte?
Guillermo Navarro: No. Sabíamos que estábamos
filmando una muy buena película, que era muy difícil lo que estábamos
haciendo y que por lo mismo el proyecto podía descarrilarse en cualquier
momento, justamente por su altísimo grado de
dificultad. Hasta ahí veíamos la película al momento del
rodaje.
La historia de El Laberinto del Fauno es muy complicada, corre muchos riesgos.
Se da en pantalla una recreación de la era franquista para lo que es
necesario tomar en cuenta todos los códigos.
Además hay un sapo, una puerta fantástica, el fauno y así sucesivamente.
Era necesario meter al público en la historia en los primeros minutos
de la película y venderle la idea de que vería realidades paralelas,
lo que es muy, muy difícil. Es de altísimo riesgo.
Si no se hace bien una historia como la de El Laberinto del Fauno, puedes perder
al público de inmediato si los espectadores la miran como algo absurdo.
José Antonio Fernández: El Laberinto del Fauno consigue que el
público llore, lo que demuestra que se mete en el alma de la gente.
¿Te emociona saber que logra conmover a ese nivel?
Guillermo Navarro: Yo mismo lloro al ver El Laberinto
del Fauno porque toca los puntos más sensibles de la condición
humana. Es una película poderosísima.
José Antonio Fernández: ¿Cómo es que consiguieron
hacer de El Laberinto de Fauno una película tan poderosa?
Guillermo Navarro: No lo sé, no hay una
receta, como te lo comenté antes. Fue toda una dinámica extraordinaria
en la que nos involucramos de principio a fin.
Guillermo del Toro, director de la película, es un genio absoluto. Nos
tenemos confianza ambos y sabíamos que filmábamos una obra muy
importante.
José Antonio Fernández: Me llama mucho la atención el
que hoy estés aquí en México promoviéndote para
también filmar comerciales.
¿Cómo es que tomas la decisión de hacer un trato con la
casa poductora de comerciales Cine Concepto, que dirige el reconocido realizador
Paco Murguía, para fotografiar anuncios para cine y televisión
en México?
Guillermo Navarro: Mi trabajo es fundamentalmente
hacer cine, pero tengo espacios entre películas para
también hacer publicidad. Es algo que siempre he hecho. Me gusta.
La casa productora Cine Concepto es de los pocos lugares que desde mi inicio
fueron siempre amables conmigo en México y me acogieron. Me parece que
es una buena oportunidad ahora de cerrar el ciclo en México trabajando
con ellos nuevamente. Es una buena propuesta, me viene bien.
José Antonio Fernández: El que
hayas aceptado este trato con Cine Concepto, me indica que tienes los pies
muy bien puestos en la tierra.
Cuando a la gente le llega la gran fama, tiende a desvariar.
Guillermo Navarro: Yo no me volví loco.
Te lo digo así: hice la fotografía de una muy buena película,
y esa muy buena película tuvo ese reconocimiento, lo que sé no
me hace mejor fotógrafo que otros. Ese año hice la mejor película,
pero el mundo sigue girando.
José Antonio Fernández: ¿Quién te ayuda a mantener
los pies en la tierra?
Guillermo Navarro: Mi familia, mi mujer y mis hijos.
José Antonio Fernández: ¿Hubo alguna influencia familiar
que te haya llevado a ser cinefotógrafo?
Guillermo Navarro: Empecé muy chico a tomar fotografías. En mi
escuela (secundaria) había un taller de foto. Ahí aprendí a
revelar. Me gustó. Después puse un laboratorio de fotografía
en blanco y negro
en un clóset de mi casa. Quedé prendido de la fotografía
para toda mi vida…
Dos respuestas más de Guillermo
Navarro:
• Siempre
recibí apoyo de mi padre y mi madre.
• Mi papá murió cuando yo tenía 14 años, la
fotografía
fue mi asidera. Me agarré de ella. Crecí con la fotografía.
Es mi compañera.
Los otros iberoamericanos ganadores del Oscar
• Luego de más
de 80 años de entregas
del Oscar, sólo
20 iberoamericanos lo han obtenido, 10 de ellos son mexicanos. Por la Mejor
Fotografía únicamente dos: el mexicano Guillermo Navarro (2006)
y el español, nacido en Cataluña y emigrado a Cuba cuando tenía
18 años, Néstor
Almendros (1978). Hizo cine en varios países.
Vea aquí quién es quién de los iberoamericanos en los
premios Oscar:
• El primero fue el puertorriqueño José Ferrer, en 1950,
por su actuación en Cyrano de Bergerac.
• 1961 fue un año de celebración
en Puerto Rico. Rita Moreno se llevó el Oscar por Amor sin barreras.
• 10 años después, en 1971 el español Antonio Mateos
se llevó el Oscar por Mejor Dirección Artística por la
película Patton.
• Fue hasta 1982 que el director español José Luis Garci ganaba
un premio Oscar por primera ocasión para un realizador iberoamericano.
Lo consiguió con el largometraje Asignatura pendiente.
• En 1978, Néstor Almendros, el otro fotógrafo
iberoamericano que también ha ganado el Oscar por Mejor Fotografía,
lo recibió por la cinta Days in Heaven (Días del cielo).
• En 1985, el argentino Luis Puenzo ganó el
Oscar a la Mejor Película
Extranjera por La Historia Oficial.
• En 1993, el español Fernando Trueba subió a recibir el Oscar
a la Mejor Película Extranjera por Bella Época.
• En el
2002, el español Pedro Almnódovar ganó su primer Oscar
a la Mejor Película Extranjera por Todo sobre mi madre, y en el 2002
se lo otorgaron por Mejor Guión Original por la película Hable
con ella.
• Benicio del Toro, actor nacido en Puerto
Rico, ganó el Oscar como
Mejor Actor de Reparto en 2001 por su participación en la película
Traffic.
• Jorge Drexler, compositor uruguayo ganó el Oscar por Mejor canción
original en 2004 con el tema Al otro lado del río, creado especialmente
por él para la cinta Diarios de Motocicleta.
• Gustavo
Santaolalla, compositor argentino ganó en 2005 y 2006 el premio
por Mejor Música Original por su trabajo en Secreto en la montaña
y Babel, esta última del director Alejandro González Iñárritu.
• En el 2006, Eugenio Caballero, mexicano,
ganó el Oscar por Mejor Dirección
de Arte por la película El Laberinto del Fauno, junto con la española
Pilar Revuelta.
• En 2008 la Academia premió con el Oscar a Penélope Cruz, como
Mejor Actriz de Reparto por Volver, dirigida por Pedro Almodóvar.
• El secreto de sus ojos, dirigida por
el argentino Juan José Campanella,
es la segunda película
latinoamericana en llevarse el premio a la Mejor Película Extranjera.
Lo recogió en el teatro Kodak de Hollywood en este 2010.
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