La gente no sólo quiere ver babosadas, esta ansiosa por ver televisión con contenido
Publicada en la Revista
no. 83 el 08 de junio 2005
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Por José Antonio Fernández F.
Facundo es uno de los personajes más controvertidos de la televisión
mexicana. Su programa Toma Libre es parte de la historia, no se transmite más
por la presión que ejercieron sobre él los grupos más conservadores
del país.
Hoy Facundo tiene al aire un nuevo programa: Incógnito. Es el único
personaje de la televisión comercial que ha hecho de la calle el sentido
de su trabajo. Se adueñó de la calle.
Facundo posee una personalidad muy original que combina la irreverencia con
el no ser pretencioso. A diferencia de muchas figuras que aparecen en pantalla
porque supieron adaptarse a los géneros de la televisión, Facundo
obliga todo el tiempo a la televisión a adaptare a él. A aceptarlo
como es.
La conversación retrata a un Facundo que está en evolución,
que quiere hacer contenidos más comprometidos e importantes. En ocasiones
sus respuestas suman varias ideas al mismo tiempo que se sienten en proceso
de armado. Dan la impresión de agolparse en su cabeza.
José Antonio Fernández: ¿Qué
estudiaste?
Facundo: Entré a estudiar Agronomía.
Una vecina tenía una planta de huele de noche y me atrajo saber más
de ella, tanto que entré a la carrera. Al año me harté
y me salí.
Yo en realidad en ese momento estaba clavado en la música. Formaba parte
del grupo Liquids. Yo cantaba y tocaba la guitarra. A mí lo que me gustaba
del grupo era el show y componer las canciones. Pero nunca fui muy bueno en
la guitarra.
José Antonio Fernández: ¿Y qué hacías en
el show?
Facundo:Como siempre nos presentábamos
con el mismo público (eran cien cuates los que siempre nos iban a ver),
pues teníamos que hacer cosas distintas para divertirnos. Entonces cada
presentación era como una gira con un tema, y nos disfrazábamos
y hacíamos una especie de sketchs, aunque no eran precisamente sketchs.
Cada uno de nosotros vendía boletos para los conciertos.
José Antonio Fernández: ¿El grupo
sigue?
Facundo: Sí. Yo me salí porque
me metí a estudiar música en Fermata. Lo mío no era la
música. Yo me divertí por el desmadre. Los demás iban mucho
más en serio que yo. Ellos sí querían ser músicos.
Cuando estuvimos a punto de firmar con una disquera, les dije que me iba.
Gracias al grupo Liquids salió lo de la televisión.
José Antonio Fernández: ¿Por qué?
Facundo: En nuestro primer concierto nos fue
bastante bien. Ahí nos vio Beatríz Acevedo (junto con Fernando
de Garay y Tito Lara) y nos dijo que quería producirnos como grupo. Yo
tenía unos 18 años, ahora tengo 27. Nos entusiasmamos mucho porque
incluso nos dijeron que iríamos a Londres a comprar ropa. Al final nunca
pasó nada.
Pero Beatríz tenía un programa en Multivisión que se llamaba
¡Qué rayos!, y nos invitó al casting. A mí me seleccionaron
junto con Diego, el guitarrista de Liquids. Ese programa duró tres meses
al aire. Era muy raro y no jaló mucho. Yo era el conductor.
Después empezamos a producir ¡Qué rayos! en TV Azteca. Pero
nunca salió al aire ningún capítulo. Un día, sin
mayor aviso, ya no lo grabamos. Nunca me hablaron para decirme nada.
J.A.F.: ¿Y cómo llegas a Televisa?
Facundo:Un güey que trabajaba en ¡Qué
rayos!, de nombre Eric Rey, conocía a Memo del Bosque porque se habían
asociado en un negocio de luces. Eric nos propuso a Diego y a mí para
un casting del programa Chavos. Para entonces yo todavía estaba en el
grupo Liquids.
Fuimos al casting. Yo todavía no sabía si quería quedarme
o no. En realidad no éramos de esos chavos que buscaban el sueño
de estar en la tele. Creo que ese fue nuestro éxito, porque no habíamos
estudiado nada y no nos preocupábamos por salir guapos para llegar al
estrellato.
A mí el video me gustaba desde chico porque una vez mis papás
compraron una cámara y yo hacía películas. Hice actuar
a toda mi familia. Editaba de VHS a VHS. Hice animaciones y armé historias.
J.A.F.: ¿Tienes espíritu de productor y
director?
Facundo:Yo creo que sí. Por lo menos
es lo que más me divierte de la tele.
José Antonio Fernández: ¿Y cómo
es tu relación con tu productor (Miguel Ángel Fox)?
Facundo:Es buena. A él le gusta que yo
me interese por la producción, porque no soy un conductor al que le dan
un guión y lo sigue al pie de la letra. A mí me importa cómo
va a salir el programa y mis ideas son más de detrás de cámaras.
No me siento muy cagado a la hora de estar grabando.
Yo desde chiquito he sido muy preguntón, y esa cursiosidad nata es la
que me ha llevado a querer saber mucho de todo y que me interese todo. Además,
sé que tengo la facilidad de hablar de igual a igual con cualquier persona,
y eso a la gente le gusta en la tele.
Soy muy igualado con la gente. Le puedo faltar al respeto igual al chofer del
taxi que a mi productor, y eso lo veo como una ventaja como conductor del programa.
Yo sí participo en la preproducción y también me gusta
darme mis vueltas a la edición. Sí quisiera algún día
ser productor. Hasta novelas me gustaría producir. Aquí en Televisa
muchos productores son sólo administradores. Con base en lo que dice
el rating dan indicaciones, no más. Son pocos los que cuidan la producción.
Yo no puedo creer que un productor pueda hacer cinco programas a la vez, como
Alexis Núñez. No es el productor que a mí me gustaría
ser.
José Antonio Fernández: ¿Qué
productor te gustaría ser?
Facundo: A mí me encanta la tele. Yo ya
me di cuenta que en la tele se pueden hacer un chingo de cosas, sin tener miedo
a pensar que como estoy en Televisa no se va a poder.
A mí me gustaría hacer un programa como el de Las hijas de la
madre tierra o como mi programa, en el que si bien no soy el productor, sí
tengo toda la libertad de opinar. Es la ventaja de nuestro productor Miguel
Ángel Fox, que le da chance a todo mundo para que meta su cuchara. Aquí
el tema del programa lo puede proponer un mail, la que contesta los teléfonos
o el mismo Fox.
A mí me gustaría producir un programa como el mío, porque
a mí lo que me atrae es el documental cámara en mano. Hasta con
el güey más insignificante, si le rascas, seguro encuentras una
muy buena historia.
José Antonio Fernández: Me da la impresión
de que tú en apariencia eres improvisado y poco intencionado, sin embargo
creo que sí eres muy intencionado y le das muchas vueltas a lo que vas
a hacer, y la prueba de lo que digo es que eres muy original.
Facundo: Lo que yo te puedo decir es que en muchas
ocasiones para hacer una cápsula de tres minutos nos tardamos seis horas.
Mucha gente puede pensar que es muy fácil mi trabajo porque me visto
de vieja, pongo un tubo en una banqueta de Polanco, me cago de risa y ya quedó
listo todo.
A mí me gusta que se sienta que las cosas se vean como improvisadas porque
así la gente se divierte más. Como queremos que las cápsulas
del programa Incógnito no duren más de dos o tres minutos, pues
tenemos que grabar un chingo todos los días para conseguir ese ritmo
vertiginoso que dé como resultado que el público no le cambie
porque quiere ver qué sigue.
José Antonio Fernández: Cuando ya te sentiste dentro de la televisión,
¿qué pensaste que tenías que hacer tú con la televisión?
Facundo: En Telehit hice una televisión que era muy casera. Cuando iba
a dar conferencias me decían que mi programa eran puras pendejadas. Entonces
me empecé a dar color. Me di cuenta de que si yo tenía algo qué
decir y tenía el medio para decirlo, pues debía aprovecharlo.
No sólo se trataba de ir a cobrar mi sueldo y ya. Entonces me percate
que la televisión es una súper herramienta para decir lo que quieras
decir. Mi percepción fue cambiando, llegó un momento en el que
sentí que era un desperdicio ir al programa a contestar correos y echar
desmadre.
Me di cuenta, no al principio, de que la televisión es un medio de comunicación
en el que tienes una gama inmensa para jugar.
Cuando hice el programa Pasónico en Telehit, ya empezamos a trabajar
mucho más en serio. Me divertía más si lo tomaba más
en serio y me sentía mal cuando mis amigos y mi familia me decían
que mi programa había estado muy tarado.
J.A.F.: Lo común es que cuando la gente entra
a trabajar a un lugar, siempre busca adaptarse de una u otra forma a ese lugar.
Tú hiciste y haces exactamente lo contrario, de ahí tu originalidad.
¿De dónde te nace esa actitud?
Facundo:De entrada creo que ha sido así
porque yo no soñaba con entrar a la tele ni tenía admiración
por nadie. Yo no quería ser como tal, siempre he querido ser como yo.
Me gustan Andrés Bustamante y El mundo de Bickman.
En Telehit nunca nos exigieron ser como alguien más y nunca me intentaron
cambiar. Memo del Bosque era el jefe del Canal pero nunca se metía con
nosotros. Sólo nos llamaba para cagarnos cuando hablábamos mal
de algún artista, porque nosotros, Diego y yo, éramos como el
anticanal dentro de Telehit porque siempre decíamos al aire cuando un
video, una canción o un grupo no nos gustaba. Por ejemplo, cuando presentábamos
a Mercurio decíamos: "¡uta madre, otra vez estos güeyes!".
Teníamos nuestra lista negra.
A mí no me gusta rodearme de gente que se dedique a adularme y a estar
de acuerdo conmigo siempre. El papá de Diego es escritor y siempre nos
criticaba porque nuestro programa eran puras pendejadas. Por eso metimos poesía
y algo de literatura.
Seguramente Adal (Ramones) se rodea de gente que le dice que todo lo que hace
es chingón. A mí me gusta que suceda justamente lo contrario,
prefiero la crítica dura.
J.A.F.: ¿Tú crees que haces cultura?
Facundo: Yo estoy covencido de que sí.
De hecho creo que es justo lo que quiero hacer. En mi programa actual, Incógnito,
cuando hay algo que considero un poco pendejo, sencillamente no lo hago, aunque
me digan que tengo que hacerlo.
Tengo secciones muy idiotas que creo no tienen mayor sentido, como la de Buscar
y destruir. En ese caso específico sólo se trata de divertirnos,
pero el resto es mucho más intencionado.
Hace como dos años, cuando hice un programa de los niños de la
calle con Tavo, el director de cámaras, mi concepto de la tele cambió.
Cuando entregamos ese programa no lo sacaron al aire. Me dijeron: "no mames,
¿cómo vas a sacar esto?".
Hasta ese entonces hacíamos programas en los que yo preguntaba puras
pendejadas a la gente que nos encontrábamos en la calle. Era lo que el
productor quería. Yo acepté, mi imagen era de un desmadroso. Íbamos
al spring break y las gringas nos enseñaban las chichis.
Fue hasta un día que me enfermé que pusieron al aire el programa
de Los niños de la calle. Pensaron que nos iba a ir muy mal con el rating,
pero no fue así. Tuvimos como doce puntos. Entonces empecé a creer
más en eso. La gente no sólo quiere pendejadas, está ansiosa
por ver televisión con contenido.
J.A.F.: ¿No estuviste totalmente convencido de
hacer esos programas sobre el spring break?
Facundo: La primera vez que fui al spring break,
sí. La segunda dije: "órale, va, si a la gente le gustó,
lo hacemos". Pero la tercera vez inventé que me había pegado
en la cabeza y no podía viajar ni por avión ni en carretera porque
tenía vértigo. Y no fui. Se enojaron y mandaron a otros conductores.
Yo hablé con un doctor y le pregunté qué podía inventar
para no ir al viaje.
Al año hacíamos 4 programas sobre el spring break, y los otros
50 tenían el mismo nivel de estupideces. En su momento me divertían.
Los sentía cagados. Se trataba de ser ladillas y dedicarnos a chingar.
En su momento creí en eso.
Me parece que no muchos conductores tienen la ventaja de evolucionar de acuerdo
a la madurez. Si ves, el Burro Van Rankin ha hecho lo mismo desde que es el
Burro, y quizás Adal terminé su vida haciendo monólogos
y entrevistas. A mí lo que me encanta es ver que mi programa es muy diferente
al de hace dos años, porque sé que entonces el de dentro de dos
años será diferente al que estoy haciendo en este momento.
J.A.F.: ¿No estás a gusto con la imagen
de Facundo el desmadroso?
Facundo:Cuando hacía Toma Libre, sí
me gustaba que todo mundo me relacionara con antro, desmadre y viejas. Cada
vez que una marca se quería anunciar en esta línea, pensaban en
mí. Era el único programa en el que salíamos al antro a
hacer entrevistas. En realidad Toma Libre era un documental de la peda y el
desmadre. Eso me gustó en su momento porque fuimos los únicos
que hacíamos eso. Otros entrevistaban a los dueños del lugar y
a los DJs. Nosotros nos metíamos con la gente que estaba ahí.
Era algo real. Un verdadero reality show.
J.A.F.: La mayoría de la gente nos autolimitamos,
pero tú no. Fácil es que te pases. ¿Te sale así
o lo planeas?
Facundo: Así soy. En mi programa soy como
en mi vida real. Soy bien llevadito y le caigo mal a mucha gente por eso. Como
que no tengo ese chip de la prudencia. Apenas acabo de conocer a alguien y ya
le estoy diciendo algo que puede sentir agresivo. Me he ganado muchos enemigos
por eso, y también tengo amigos por la misma razón. Me aceptan
como soy.
Yo conozco a la gente como chingándola, y como que busco sus límites.
Mis mejores cuates los hice llevándolos a su máximo nivel de ardimiento.
Yo siempre me salgo de la relación cordial y normal. Muchas veces la
he cagado. Por ejemplo, cuando estoy en casa de la abuelita de mi novia, pues
me puedo aventar unos comentarios súper incómodos para todo el
mundo y al final termino cayendo bien o mal a la gente, difícilmente
hay medias tintas.
Desde chavito soy así. Creo que lo que me sucede es que gano muy rápido
confianza. Yo nunca pude hablarle de usted a nadie. Cuando de niño alguien
me decía que le hablara de usted, yo le respondía que entonces
también esa persona me hablara de usted.
J.A.F.: ¿Y así son todos en tu casa?
Facundo: Así son, por supuesto.
J.A.F.: ¿Es como una tradición familiar?
Facundo: Yo nunca me clavé en ese respeto
idiota, que me parece más como una subestimación. No entiendo
eso de que "quería decirte tal cosa, pero como te respeto mejor
no te digo nada". Es una forma muy hipócrita de manejarse en la
sociedad.
J.A.F.: ¿Por qué aceptaste entrar a Big
Brother? ¿Querías que te conociera más la gente?
Facundo: No, eh. En realidad lo que más
me llamaba la atención era el experimento. La curiosidad por estar ahí
adentro. No tuve la intención de hacerme famoso. Eso de la fama es algo
que nunca me he propuesto, siempre he hecho las cosas porque me gustan y porque
creo en ellas.
Me convencieron porque me dijeron que me serviría como conductor. Y como
yo quería vivirlo, decidí entrar. Era una experiencia única.
Cuando entré mi hermano me dio el libro 1984, de George Orwell. Me sirvió
leerlo en la casa porque tuve una ventaja sobre todos. Con 1984 me di cuenta
cómo limitándonos una serie de cosas, nos hacían más
codiciosos y complicados y al final eso provocaba los conflictos. A mí
me encantó mi Big Brother. Fue muy pacífico. La gente que estuvo
conmigo fue muy chida.
J.A.F.: Tengo la impresión de que Big Brother
ayudó en forma muy importante para que la gente cambiara el concepto
de tí. ¿Lo sientes así?
Facundo: Por supuesto, así fue. Cuando
hacía Toma Libre me llegaban las señoras en donde estuviera y
me reclamaban. Me decían que estaba acabando con los valores de la juventud.
Tenía hasta mi choro planeado para defenderme de las rucas. Les decía
que nosotros no organizábamos lo que se veía en pantalla. No planeábamos
que las gringas enseñaran las chichis, sólo las grabábamos.
Cuando hice Big Brother las señoras se me acercaban para decirme que
antes les caía mal, pero que en el momento en el que me vieron con mi
hija en la casa de Big Brother su concepto había cambiado y hasta votaban
por mí. Terminaron las reclamaciones.
Ahí nos dimos cuenta de que la gente no sólo quería ver
mi lado lacra y desmadroso, sino que les interesaba ver también mi parte
humana. Sirvió Big Brother. Mi productor, Miguel Ángel Fox, que
antes me decía que sólo debía ser una lacra y chingarme
a todo mundo, también cambió su opinión.
Big Brother me dio la gran oportunidad de empezar a hacer lo que verdaderamente
quiero.
J.A.F.: Tengo la impresión de que Big Brother
se desacreditó porque no lo ganaste tú, que eras el amplio favorito
en todas las encuestas. Me parece que a partir de ese Big Brother el reality
perdió prestigio, porque no había razón alguna de que lo
ganara Galilea. ¿Tienes una sensación similar?
Facundo: Tanto así, que hasta me dijeron
por qué no gané. Yo supe cómo había sido la triquiñuela,
pero al final pensé que mejor no debería decir nada. A mí
me sirvió un chingo. Le saqué muchísimo provecho aunque
no gané los quinientos mil pesos.
No sé si sea cierto o no, pero se dieron demasiadas cosas. En realidad
no se cuál fue el por qué.
J.A.F.: ¿Qué pasa por tu mente cuando sales del aire a raíz
de que un grupo de asociaciones te consideran un elemento dañino para
la sociedad? Dime qué piensas de tí mismo cuando te están
haciendo una guerra frontal.
Facundo: Mi primera reacción fue emputarme.
¡Qué pasa en este país que el poder busca dominar hasta
la forma de pensar! ¿Cómo puede ser que la Asociación a
favor de lo mejor, una asociación de empresas en la que Bimbo se maneja
como líder, quiera imponer su manera de pensar, en vez de proponerla?
Y esto que digo es muy cabrón porque ellos tienen los recursos y los
medios para poder proponer lo que piensan, noss para imponerlo. Su lana mueve
al país y ellos deciden qué se ve y qué no.
Al principio me ardí mucho pero también me di cuenta que el programa
había llegado a esas esferas. Creo que Toma Libre no salió del
aire por el spring break, sino porque nos metimos con lo establecido, con todas
las autoridades del país. Hacíamos 4 programas de spring break,
contra 50 de niños de la calle, desigualdad social, indocumentados en
la frontera, fresas contra pobres, darks, la policía...
Más respuestas de Facundo publicadas en exclusiva
en Canal100.com.mx:
1.-Toma
Libre era uno de los diez programas que más dinero le dejaban a Televisa.
Teníamos 5 patrocinadores. Pero nos tenían olvidados en lo que
presupuesto se refiere, porque lo hacíamos con lo que fuera. 2.- Ahora con Incógnito
nos han dado toda la publicidad del mundo, pasamos a un horario estelar y el
presupuesto ha mejorado. Creo que nos fue mejor. 3.- Sé que mi programa,
Incógnito, no es tan masivo como Otro rollo o No manches. 4.- La gente que nos sigue
sabe bien que la salida de Toma Libre fue lacensura. 5.-Cuando terminó
Toma Libre, ese mismo día nos llamó Pepe Bastón (con Murguía
y Clemesha) para que planeáramos el siguiente programa. Nos dijo que
no tenían otra opción. Que el asunto (de la salida al aire de
TomaLibre) no era un asunto de Televisa. Y nos preguntó cuándo
queríamos regresar con el nuevo programa. Era abril. Le dijimos que al
año siguiente
(2005). Salimos al aire en febrero. 6.- Yo quiero que la gente
no sienta que pierde el tiempo al ver Incógnito. Que la gente diga cuando
acabe de ver el programa: qué bueno que lo vi. 7.- Hoy estoy mucho más
clavado en querer decir algo. A lo mejor en el futuro me vuelvo mucho más
pendejo. 8.- Queremos encaminar
todas las secciones a un tema central (como la mentira, la policía...) 9.-El tema de Incógnito
no es de Amador Narcia. El objetivo es meternos a ver las cosas desde el punto
de vista de un chamaco preguntón. 10.-Andamos medio en la
cuerda floja porque nuestro rating marca entre 8 y 12. Necesitamos mantener
un promedio arriba de 10. Nuestro demográfico es muy bueno, comercialmente
hablando. 11.- Quizá Incógnito
no es tanto para todos público. No es para gente de clase baja. El público
que nos ve tiene mayor nivel cultural, pero el objetivo es que quiera vernos
todo el público. 12.-Lo primero que piensas
cuando sabes que te conoce la mitad del país es que tienes un chingo
de poder. Te abre puertas ser famoso. 13.- En la televisión
hay mucho de lo mismo. Muchos programas basan su contenido en los famosos, nosotros
no. En Incógnito hablamos de la realidad. 14.-Estuvimos nominados
al Premio Nacional de Periodismo con un programa sobre indocumentados. No tenemos
relación con el área de Noticias de Televisa. 15.- El humor en las calles
no es repetitivo. como sucede con los sketches. 16.-A mí me encanta
ser el de la calle. Adal es el del foro y Omar el de los personajes.
17.- A mí me importa ser honesto conmigo,
es la mejor forma de trabajar.