Para complementar esta entrevista, le recomendamos
también consultar las entrevistas a José Ramón Fernández
publicadas anteriormentes en la Revista Telemundo:
- La primera, en
la que platica cómo se inició en Televisión
y la segunda en
la que habla de las razones que lo llevaron a decidir quedarse en TV Azteca.
Le recomendamos también consultar otra entrevista exclusiva realizada
a Ricardo
Salinas Pliego y publicada anteriormente en la Revista Telemundo.
Roberto Kenny corrió con la antorcha olímpica
en Sydney, Australia. ¿La razón? El Comité Olímpico
Internacional concedió ese gran honor a tres personalidades destacadas
de los medios de comunicación que habían cumplido con su labor
de Team Leader de manera ejemplar.
Kenny ha sido el responsable técnico y de producción de TV Azteca
en las Olimpiadas de Seúl (1988), Barcelona (1992), Atlanta (1996) y
Sydney (2000). Y también ha cumplido con la misma responsabilidad en
los mundiales de Estados Unidos (1994), Francia (1998) y Corea-Japón
(2002), en las últimas dos visitas del Papa Juan Pablo II y en los Grandes
Premios Fórmula 1 y en los Cart de Monterrey y México 2002.
Su tarea es altamente sofisticada. Para atender las
Olimpiadas de Atenas en el 2004, ya ha realizado dos viajes a Grecia para establecer
contactos, definir espacios y conocer la complejidad de cobertura de las instalaciones
olímpicas. Para el Gran Premio Cart que se celebró en la ciudad
de México en este noviembre del 2002, utilizó 42 cámaras
que cubrieron todos los incidentes de la carrera.
Kenny recuerda que para cubrir las Olimpiadas de Seúl en 1988 (para la
entonces Imevisión, hoy TV Azteca), ocupó 2 cámaras en
estudio más otras 3 portátiles. Y para cubrir las Olimpiadas de
Sydney 2002, el equipo de TV Azteca dispuso de dos foros en más de 300
metros cuadrados, 8 cámaras para un estudio, escenografía montada
sobre una cama de agua y 15 cámaras portátiles.
Kenny tiene clara la línea a seguir:
en televisión siempre hay que innovar, "y nosotros, en Deportes
de TV Azteca, siempre hemos sido innovadores".
J.A.F: ¿Cómo te relacionas con la televisión?
ROBERTO KENNY: Nosotros, mi familia, nacimos
en el medio de la televisión. Mi padre (Roberto Kenny) trabajó
muchos años en Televisa, que entonces se llamaba Televicentro. Desde
muy chicos nos inculcó el gusanito. A los 3 años de edad ya nos
llevaba a todos los eventos. Todos mis hermanos también están
en este medio. Jessie como directora de deportes de TV Azteca, Pepe es comentarista
deportivo y especialista en futbol americano y basquetbol, Erica que forma parte
de promociones y marketing de Televisa, y mi hermano Carlos colabora en producción
de telenovelas con Argos para la cadena Telemundo.
J.A.F: Tu papá fue una cabeza de ingeniería
muy importante en Televicentro.
R.K.: No sólo fue cabeza de ingeniería,
fue también el director de eventos especiales, responsable técnico
de noticias y Gerente de Canal 2. Trabajó mucho tiempo con el ingeniero
Guillermo González Camarena.
En esa época, que era más romántica que la de hoy, ellos
hacían un poquito de todo. Mi papá también fue cronista
y cantante (el trío de los hermanos Kenny compuso la canción de
Las rejas de Chapultepec). Sabía de ténica y era creativo.
J.A.F: Tengo entendido que tu papá, Roberto Kenny,
fue cabeza de las transmisiones de las Olimpiadas de México 68.
R.K.: Así es. Él fue el director
general del Host Broadcaster (quien genera la señal para todo el mundo),
tanto de los Juegos Olímpicos del 68 como de la Copa del Mundo del 70.
Hizo la primera transmisión vía satélite y la primera transmisión
a color (junto con González Camarena). Mi papá estuvo al frente
de la primera unidad móvil de televisión viajera (que se fue a
Chile). Se encargó de todas las transmisiones de lanzamientos de cohetes
al espacio y se volvió asesor de la Nasa en ese campo.
La casa de mi mamá es un pequeño museo, tiene hasta un traje de
astronauta original.
Te puedo dar un dato curioso que muestra la manera en
que ha avanzado la industria de la televisión para eventos especiales:
para cubrir la ceremonia de inauguración y el atletismo en las Olimpiadas
del 68, se usaron en total 8 cámaras, que estaban distribuidas en 3 camiones.
Ahora en las Olimpiadas de Sydney, para cubrir la inauguración había
72 cámaras dedicadas únicamente a la transmisión oficial
que llegó a todo el mundo, y esas 72 cámaras estaban conectadas
a un sólo camión. Fue una locura.
J.A.F.: ¿Estuviste en las Olimpiadas del 68?
R.K.: Tenía 6 años y ahí
estuve. El primer evento al que me llevó mi papá fue una pelea
de box en el Coliseo de Los Angeles, yo tendría 3 años.
En la copa del Mundo del 70 estuve junto a las cámaras.
Mi papá se retiró después de las Olimpiadas de Munich.
Se retiró luego de que falleció Don Emilio Azcárraga Vidaurreta
y se dieron una serie de cambios en Televicentro.
Tiempo después el Tigre Azcárraga lo invitó a la XEW y
trabajó con él algún tiempo más.
J.A.F.: ¿Qué estudiaste?
R.K.: Como ya te comenté, la escuela de
producción la viví desde mi misma casa.
Supe de producción al estar al lado de mi papá y asistir a los
eventos más importantes del mundo desde muy pequeño. Y cuando
tuve que decidir qué estudiar, sabía que mi intención era
tener una estrucura de conocimiento híbrida, para entender tanto el mundo
de la producción como el técnico, e intentar sacar lo mejor de
los dos. Desde muy joven me di cuenta que se daba una separación muy
clara entre la gente de producción (creativa) y la del área técnica
(que son expertos en fierros). Y yo me decidí a estar justo en medio,
me gusta ser el enlace entre técnica y producción. Por eso estudié,
en la Universidad Anáhuac, Ingeniería en Sistemas y Comunicaciones.
Creo que eso me ha dado una pequeña ventaja, porque puedo manejar los
dos idiomas, tanto el de producción como el técnico.
Para mí, el medio de la televisión es mi vida. Desde siempre he
vivido de este medio, para mí no hay otro igual. Te da oportunidad de
conocer personalidades y eventos a los que casi nadie tiene acceso. En esto
no llevas una vida normal, tú lo sabes.
J.A.F.: El perfil profesional que escogiste es poco común.
La costumbre es que la gente seleccione el área de producción
o la zona técnica. Estar en medio no es fácil.
R.K.: Cuando se dio la opción corrí
con suerte.
Yo estaba todavía en la carrera, cuando en 1986 vino a México
Roger Philcox, que trabajaba para ITV (Independent Television), que es la competencia
de la BBC. El puesto de Philcox era el de Productor Ejecutivo, que en esa televisora
consiste justamente en ser el mediador entre los locos creativos y los totalmente
ingenieros. Ellos desarrollaron ese puesto con mucho éxito para su operación.
Me presentó con Philcox un amigo de mi padre, Nicho Camacho. Me contrataron
para formar parte del equipo de televisión que seguiría a la selección
de futbol de Inglaterra que participaba en el Mundial del 86. Viaje con el equipo
inglés por las sedes en las que jugó en México. En cada
lugar sede se armaba un pequeño estudio de televisión. Este trabajo
me abrió muchas puertas.
Al terminar el Mundial, José Ramón Fernández y Jessie me
invitaron a quedarme con el equipo de Deportes para participar en las transmisiones
de las carreras del Gran Premio de México. Ahí me invitaron los
hermanos Abed a ser Director de Televisión del Gran Premio. Desempeñé
ese puesto de 1987 a 1992. Fui responsable de la producción, del marketing,
los derechos y algunas cosas más. En el Gran Premio innovamos en muchos
aspectos. Buscamos que alguien vendiera boletos de una forma distinta, y Rodrigo
González Calvillo creó la empresa Telemantra, que tiempo después
se convirtió en lo que hoy es Ticket Master.
J.A.F: ¿Qué pasó con el Gran Premio
de México que luego de un gran boom dejó de hacerse?
R.K: Era un excelente negocio, pero empezaron
a tener demasiados compromisos políticos por todo el esfuerzo que implicaba.
Los hermanos Abed habían construido 22 suites para vender dentro de la
zona de pits del Autódromo. En el primer Gran Premio se vendieron todas,
pero en los siguientes se las empezaron a pedir políticos y ese ingreso
se esfumó. Al Autódromo podían entrar con boleto pagado
más de 120,000 personas, si no mal recuerdo. El primer año todo
funcionó bien, pero en los siguientes, y en especial en el último
año, se vendieron pocos boletos aunque las gradas estaban llenas. Mucha
gente le daba "una propina" a los policías que cuidaban las
puertas y se metían "sin pagar". Como la pista es propiedad
gubernamental, durante el año nadie la cuidaba, lo que obligaba a que
los hermanos Abed le metieran mucho dinero año con año. Los baños
los destruían, no se podía dejar ninguna instalación de
televisión. Los gastos eran permanentes y no se recuperaban. Por eso
se canceló, porque era todo demasiado caro y complicado. Ahora es un
mucho mejor momento para hacer las carreras, espero que sí les sea negocio
y que se puedan controlar todos esos factores que terminaron por dañar
de muerte al Gran Premio de México.
J.A.F: ¿Qué te hizo quedarte en Imevisión
y en lo que hoy es TV Azteca?
R.K.: Deportes siempre ha sido un lugar de trabajo
en el que hay un impulso y un gusto por innovar en todos los aspectos, tanto
en el aspecto de contenido y producción, como desde el punto de vista
técnico. José Ramón ha conformado equipos polémicos
que siempre han sido valientes y líderes.
J.A.F.: ¿Podías dar ejemplos de innovaciones
técnicas impulsdas por el área de Deportes de TV Azteca?
R.K.: Hay muchísimos ejemplos:
la primera cámara inalámbrica que se utilizó en el mundo
para una evento deportivo, fue en la cobertura del Gran Premio de México
86 (lo hicimos junto con NEP y ABC/ESPN); la primera vez que se colocaron en
la pista microcámaras para que pasaran los autos por encima, también
fue una idea que nosotros impulsamos; pusimos por primera vez una cámara
en la red de un partido de tenis de Copa Davis; fuimos los primeros clientes
del mundo de Orad para utilizar sets virtuales para deportes; también
los primeros en hacer paneos en vivo para cambiar de un set virtual a otro real
en el mismo foro; hicimos transmisiones con el equipo motion capture en vivo
de personajes viruales (Ponchito Virtual); para la visita del Papa Juan Pablo
II ocupamos la Fly Cam, que ahora también instalamos en las carrera de
Cart... siempre buscamos innovar, esa es la filosofía.
J.A.F: ¿Cuesta mucho dinero innovar?
R.K.: No. Hay que estar al día, asistir
a exposiciones y leer. Y yo tengo la gran ventaja de que viajo mucho y asisto
a distintos eventos que son los mejores del mundo. En los juegos olímpicos
y los mundiales se construyen centros de televisión completos. Yo he
sido el responsable de las transmisiones especiales desde 1988, y hemos ido
creciendo poco a poco. Nosotros no gastamos mucho, nuestra competencia (Televisa)
gasta mucho más.
J.A.F: ¿Para las primeras Olimpiadas de Seúl
(las primeras en las que participaste), con cuánto equipo las realizaron?
R.K.: En Corea instalamos un foro de 80 metros
cuadrados, 2 cámaras para el set, un escritorio, algunos miles, 3 islas
de edición y 2 cámaras portátiles más. Esto se ha
transformado mucho. A las Olimpiadas de Sydney, en el 2000, pusimos un router
(distribuidor de señales) que es más grande que el que tiene hoy
en día TV Azteca. Aceptaba más de 90 entradas de video.
Te puedo decir que el trabajo que hacemos TV Azteca y Televisa para las olimpiadas
y los mundiales, no lo realiza ninguna otra televisora del mundo.
José Ramón ha sido muy creativo. Lo que
se pide en las juntas son ideas.
J.A.F.: Dicen que cuando en los estadios de futbol el
público hace la ola, significa que el partido está aburrido. ¿Dirías
que los programas de televisión de las olimpiadas y los mundiales (Los
Protagonistas), son muy creativos porque hay pocas noticias que dar de los atletas
mexicanos?
R.K.: Efectivamente los atletas mexicanos dan
pocas notas periodísticas, razón por la que es necesario encontrar
formas de llenar el espacio de los programas para que al público le parezcan
atractivos. Por esta búsqueda constante de poner en pantalla ideas distintas,
nos han sucedido anécdotas simpáticas.
Te puedo contar un par de ellas: en 1994, durante el Mundial de Estados Unidos,
Víctor Trujillo se disfrazó de Brozo y se fue a los estadios a
realizar reportajes y entrevistas. Como estaba perfectamente bien acreditado,
los ejecutivos de FIFA no sabían qué hacer cuando lo vieron porque
era la primera vez en la historia de los mundiales que alguien disfrazado hacia
labores de periodista. Asignaron a un ejecutivo de la FIFA, al señor
Borja Bilbao, para que le siguiera los pasos a Brozo. Desde entonces esa persona
siempre vigila todo lo que hace TV Azteca. No les fue fácil aceptar que
un payaso estuviera acreditado como periodista. Brozo se metía a la cancha
y la gente se volcaba en las tribunas para hacerle señas y saludarlo.
Otra anécdota simpática es la que le ocurrió a Andrés
Bustamante en Barcelona: bien acreditado, entró con disfraz al estadio
el día de la ceremonia inaugural. En el túnel de entrada entrevistó
al deportista que venía con la Antorcha Olímpica. El deportista
español se detuvo y le respondió a sus preguntas. Bustamante disfrazado
lo retuvo unos minutos. El público del estadio no entendía lo
que pasaba y el Comité Organizador no sabía por qué no
entraba la Antorcha. Las luces del estadio estaban apagadas y se hizo una calma
tensa que duró unos minutos. Finalmente Bustamante terminó con
la entrevista, la Antorcha Olímpica entró y todo el estadio le
dio una gran ovación.
Otra anécdota más que nos sucedió
fue la siguiente: para prender el pebetero de los Juegos de Barcelona, un arquero
lanzaría una flecha encendida. El arquero falló, pero como todas
las cámaras de la transmisión oficial estaban colocadas de manera
precisa para que, si sucedía, el error no se viera, la ceremonia oficial
siguió como si nada hubiera pasado. Sin embargo, una cámara de
TV Azteca se metió al estadio y captó desde otro ángulo
el lanzamiento del arquero. La flecha pasó a 15 metros del pebetero,
que se había prendido en forma automática. La imagen de TV Azteca
que mostraba el error le dio la vuelta al mundo. Fue toda una bronca.
J.A.F.: ¿Las demás televisoras del mundo
no hacen ideas creativas en sus coberturas?
R.K.: Tradicionalmente todas las televisoras
del mundo hacen simplemente una buena cobertura deportiva. Fuimos los primeros
en llevar comediantes y también en poner cámaras en la cancha
para dar a conocer "lo que no se vio" en la transmisión oficial.
Últimamente otras televisoras han copiado nuestro esquema, llevan comediantes
e intentan hacer cosas novedosas, como Televisa, Canal 40, DirecTV, y cadenas
de Chile, Argentina y Brasil. Los alemanes también están haciendo
cosas parecidas.
J.A.F.: ¿Cuál es el evento más grande
que han producido (hablando de mundiales y olimpiadas)?
R.K.: En Sydney teníamos 18 posiciones
de comentaristas, más 2 foros (uno con 8 cámaras), una escenografía
flotando en agua, la zona de foros medía casi 300 metros cuadrados, 12
islas de edición, 15 cámaras portátiles y 100 personas.
Te puedo decir que Televisa lleva el doble de personal.
El negocio de la televisión no es sólo de recursos, es de ingenio,
talento y respeto.
A lo largo de los años nos hemos ganado el respeto de la comunidad internacional
de televisión. En el Mundial de Francia, en Sydney y en Corea-Japón,
los comiés olímpicos nos dieron la distinción de ser los
mejores estudios del
mundo (instalados en el sitio). Es el mayor reconocimiento otorgado a las televisoras
en estos eventos.
J.A.F.: ¿Cómo alimentas el deseo de innovación?
R.K.: Cada vez es más difícil,
porque no puedes descubrir el hilo negro y la información está
ahí para todos. El punto es ver cómo puedes aprovechar las herramientas
para hacer otras cosas. Por supuesto, hay que leer y asistir a exposiciones,
y yo tengo la ventaja de que viajo mucho a los principales eventos del mundo.
Es la mejor escuela porque conoces a los mejores de cada especialidad.
Algo muy importante es que los que colaboramos en Deportes de TV Azteca, tenemos
en promedio 16 años trabajando juntos. Nos conocemos muy bien. Nos toleramos
y sabemos estar en las buenas y en las malas.
Más de lo que dijo Roberto Kenny en entrevista
(respuestas concretas al nivel profesional que hay en
México comparado con el de otros países y sobre los derechos del
Mundial)
- El mexicano es sumamente intuitivo, muy aventado,
y suple la falta de conocimiento teórico y de preparación técnica
con arrojo y con valor.
Eso a veces funciona, pero estamos llegando a un momento en el que eso ya no
puede ser. Y te lo digo abiertamente.
- Lo que está sucediendo en el mundo es que cada persona se está
especializando mucho más para poder sacarle el máximo jugo a los
equipos, que cada vez son más sofisticados.
- Lo que nos pasa mucho en México es que cuando tenemos un Ferrari queremos
manejarlo como si fuera un Volkswagen. Ahí es cuando se da el problema
grave.
- En México les falta capacitación a técnicos, productores
y creativos, en parte porque trabajan demasiadas horas y no les da tiempo de
capacitarse y estudiar. Aquí nos volvimos maquiladores por cumplir con
lo que debe salir al momento. En México, en términos reales, no
existe la capacitación.
- En Estados Unidos un camarógrafo especializado en automovilismo cobra
entre 350 y 400 dólares por día. Un productor ejecutivo cobra
por evento hasta 400,000 dls.
- Un evento como el de las Olimpiadas de Sydney o el del Mundial de Francia,
a TV Azteca le cuesta producirlo entre 9 y 10 millones de dólares, sin
contar los derechos de transmisión.
- Tanto las Olimpiadas como el Mundial son un gran negocio. Aunque ahora las
nuevas fórmulas de comercialización de derechos de FIFA están
matando la rentabilidad del Mundial. Antes la FIFA le vendía los derechos
a la OTI (la organización que agrupa a las televisoras iberoamericanas),
pero ahora, por una ambición excesiva, los vendió a la compañía
ISL para latinoamérica. ISL no quiso negociar con la OTI y buscó
negociar país por país. Finalmente ISL le revendió los
derechos de dos mundiales a DirecTV por 440 millones de dólares, quien
a su vez revendió los derechos a 5 países latinoamericanos: México,
Argentina, Chile, Venezuela y Colombia.
- TV Azteca y Televisa, juntas, pagaron 9 millones de dólares por los
derechos de los 64 partidos del Mundial de Francia. Con las nuevas políticas
de FIFA, para el Mundial Japón-Corea se pagaron 18 millones de dólares
a DirecTV por los derechos de sólo 18 partidos del Mundial Japón-Corea
(y con muchas restricciones: no podíamos hacer repeticiones ni de partidos
ni de jugadas como era costumbre, lo que empobreció los resúmenes).
- TV globo de Brasil fue el que puso el primer mal ejemplo, negoció directo
con ISL y contrató el Mundial de Japón-Corea por más de
300 millones de dólares, cuando por el Mundial de Francia había
firmado sólo por 9 millones de dólares. Sé que ahora no
pueden pagar.
- DirecTV pensó que haría el gran negocio, pero no fue así.
ISL quebró.
Más de lo que dijo en entrevista Roberto Kenny, publicado
en exclusiva en Canal100.com.mx:
1. Una posición
de comentarista en un estadio para un gran evento, como Olimpiadas o Mundial,
cuesta 3,800 dls., sin cámara, por partido. Si colocas cámara
se te puede ir hasta 12,000 ó 15,000 dls.
2. Todas las peticiones
de producción para un gran evento se cierran un año antes de que
inicie el evento. La primera junta de producción para una Olimpiada o
un Mundial se realiza casi dos años y medio antes del evento. Ahí
ves necesidades, tamaños de espacios, hoteles, posiciones de comentaristas,
requerimientos técnicas...
3. Para un evento
como el Gran Premio, los organizadores exigen que el personal que está
en pista o en pits esté vestido con equipos especiales. Cuidan mucho
la publicidad estática, para que no estorbe y para que se vea en pantalla.
Para esta producción del gran Premio Cart participaron más de
400 personas, porque hicimos una producción para el mundo, otra para
TV Azteca y otra más para las suites (circuito cerrado).
4. Los organizadores
de la carrera Cart nos obligan a cubrir por completo la pista y la actividad
en pits. Como lo importante es que el espectador vea muchas historias (los que
van en punta, los piques, los choques, los pits...), mientras más cámaras
podamos colocar será mejor.
5. En el caso
de las carreras, la historia se da por sí misma (en un lapso de tiempo
muy determinado hay un inicio, historias intermedias y el final cuando un auto
cruza la meta). Pero en eventos como el Mundial o las Olimpiadas, el asunto
es más complejo. Porque puedes dar seguimiento a deportistas por distintos
motivos, ya sea porque puedan ganar medallas o porque simplemente te llamaron
la atención por su vestimenta, costumbres, rituales, potencial, fama...
En esos eventos se da un trabajo de mucha producción. Los comentaristas
se vuelven productores. Dos años antes ya estamos planeando lo que vamos
a hacer, qué nos interesa y cómo vamos a cubrir el evento.
6. Las compañías que rentan las
unidades móviles que aceptan multitud de cámaras (más de
40), no existen en México. Hay que contratarlas en otras partes del mundo,
como en Estados Unidos y Canadá. Ellos sólo te mandan el camión
con dos ó tres responsables, pero el resto del personal (productores,
camarógrafos, técnicos...) son nuestra gente.
7. Para el Gran
Premio Cart rentamos 45 kilómetros de cable coaxial.
8. Me gusta dirigir
cámaras con el número preciso de colaboradores. No veo caso de
rodearme de gente que no tenga una labor específica. En TV Azteca operamos
con el número de personas necesario. En muchas ocasiones, o casi siempre,
estamos al límite. Pero nos funciona bien.
9. A la hora del
trabajo en los grandes eventos todo mundo debe entrarle sin malentendidos, porque
hay momentos en los que se dan ciertas situaciones dictatoriales. Y es que no
hay de otra, una orden es una orden en el momento en el que está por
prenderse la antorcha olímpica, se transmite una final o está
en pantalla un ganador olímpico. La idiosincrasia mexicana a veces no
comprende que hay momentos en los que la autoridad es la autoridad, aunque sea
tu gran amigo, y es necesario acatar instrucciones al momento.
10. A los eventos
no volamos ni con maquillistas ni con personal de sobra para construir escenografías
e instalar los equipos. Todos cargamos y todos instalamos, tendemos cables y
montamos sets y racks. Es bonito ver como todo mundo coopera en todo lo que
se puede.
11. El mayor honor
que te puede hacer el Comité Olímpico Internacional, fuera de
entregarte una condecoración olímpica, es invitarte a correr con
la Antorcha Olímpica. En los juegos Olímpicos de Sydney invitaron
sólo a tres personas de las cadenas de televisión. Invitaron al
señor Pardo, de la EBU (el consorcio que forman todas las televisoras
europeas para cubrir grandes eventos), Amaury Daumas de OTI, y a mí.
Es un gran reconocimiento para lo que ha sido TV Azteca en las Olimpiadas. A
mí me dio muchísima satisfacción correr con la Antorcha.
12. Hoy tenemos
algunos problemas de realización, porque con los recortes ha salido de
TV Azteca gente con mucha experiencia. No es fácil hacer nuevos equipos,
porque la tendencia es hacer más con menos. No cualquiera puede ser camarógrafo
de un gran evento, y esos errores se notan al aire.
13. En el SuperBowl,
TV Azteca es la única compañía de televisión no
norteamericana, a la que se le ha permitido hacer transmisiones desde la cancha
y en el sitio de la entrega del premio (ahí estuvo Enrique Garay). Esas
posiciones las peleamos.
14. Yo soy un
adicto a la televisión. No me cierro a ninguna posibilidad. Cuando sale
una idea en alguna junta o se comenta en cualquier otro momento, siempre hay
que tomarla en cuenta y pelear para que se pueda hacer. Eso sé que le
da otro enfoque y más vida a nuestras transmisiones.
15. En TV Azteca
tenemos un compromiso con la excelencia. En Deportes somos líderes en
latinoamérica. Nuestra competencia ya no es interna. En estos eventos
estamos posicionados como una de las mejores empresas del mundo.
16. Algo clave
en Deportes es captar talento y hacer gente nueva. Todos tendemos a anquilosarnos
y las mismas fórmulas no pueden durar para siempre. Siempre hay que buscar
llegarle a las nuevas generaciones. Si no creamos nuevas formas de producir
con nuevas ideas, no nos seguirán. Hay que invitar a trabajar a gente
joven de manera permanente.
17. El trabajo
de producción de televisión es muy complicado y exige esfuerzo
y mucho tiempo. Todos los que nos dedicamos a esto hemos dejado muchas cosas
en el camino, por lo que debemos de trabajar siempre con una actitud que nos
lleve a disfrutar lo que hacemos. Esto es muy, pero muy importante.
18. Mi trabajo
en televisión no lo cambio por nada. Nos pagan por hacer cosas que la
gente pagaría por hacer. Soy un hombre afortunado.
|