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Por José Antonio Fernández F.
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en la Revista Telemundo, realizadas por José Antonio Fernández,
con:
José
María Pérez Gay,
Julio
Di Bella,
Ernesto
Velázquez,
Lidia
Camacho,
Mario
San Román,
Javier
Corral,
Laura
Barrera
Nicolás
Alvarado y
Carlos
Monsiváis.
Jorge Volpi es Director General de Canal
22, la única estación
de televisión abierta de México dedicada en cuerpo y alma a difundir
programación de carácter cultural. En la conversación,
Volpi cuenta cuál fue su primer acercamiento a la televisión,
por qué aceptó dirigir el
22 y por qué se lanzó de lleno a convertir al Canal en una estación
que opera ya como televisión pública aún cuando la Ley
no se lo exige así. Al llegar a su nuevo puesto,
de inmediato definió el espíritu del 22. Ha mantenido su dicho
en la práctica: un Canal plural e incluyente
que refleja la diversidad del mundo de hoy y que busca siempre aportar
una programación interesante al público. Algunas de sus
decisiones clave como cabeza de Canal 22: apoya la producción
propia vinculada a los creadores, fortaleció el noticiero, le
ha dado autonomía
al área de Noticias, estableció un código de ética
y reglas claras para el cuidado del lenguaje, es el primer directivo
de una televisora pública en México que pone en práctica
la figura del Defensor del Televidente, que es una fórmula para
que la estación
se comunique con el público de manera formal.
Volpi ha fijado su posición ante la nueva Ley: apoya una Ley de Medios
Públicos y rechaza que el 22, el 11, Televisión Educativa y Radio
Educación se conformen en un sólo organismo público, a la
manera que se construyó en los ochenta Imevisión.
Jorge Volpi celebró con bombo y platillo los primeros 15 años del
22. Sirvieron las celebraciones para que reconociera la labor de los anteriores
directores del Canal, José María Peréz Gay y Enrique Strauss,
lo que es absolutamente inusual en la política mexicana. Les
dio pantalla.
Su manera de celebrar los 15 años, con la participación de intelectuales
y también en primera línea
de colaboradores y personajes del 22, reveló también otra de sus
intenciones de mayor fondo, que quizá sea la más importante de
su etapa como director de la estación, podría ser su mayor legado:
colocar en el nivel de conciencia del mundo cultural de México que el
Canal 22 es una estación cultural que llega a millones de personas todos
los días dentro y fuera del país, que ha logrado
formar su propia comunidad y que pertenece a su vez a la comunidad cultural,
su razón de ser, de la que forma parte activa y con la que que
tiene infinidad de valores compartidos de fondo que defender.
José Antonio Fernández: Así como hay gente que decidió un
día ser médico o arquitecto, ¿tú tomaste la decisión
de ser intelectual?
Jorge Volpi: No, no pensé en ser intelectual.
Yo decidí: voy a ser escritor, que no es exactamente
lo mismo.
Yo tenía 16 años y estaba empezando a ver a qué quería
dedicarme. Me interesaban las humanidades y el arte. Dudé entre varias
opciones. Había pensado
en Filosofía y en otro momento en Psicología, para dedicarme al
psicoanálisis.
Consideré también la carrera de Historia.
A los 16 años, gracias a conocer a un compañero en la
escuela, que para entonces ya escribía, Eloy Urroz, y que me
impulsó a escribir
mi primer cuento, me percaté de que escribir era lo que
más
me gustaba hacer.
A los 16 años, más que decidir, descubrí que quería
ser escritor. Desde entonces lo tuve absolutamente claro.
Decidí también en ese tiempo estudiar Derecho, lo hice más
por cuestiones prácticas.
José Antonio Fernández: Ese primer cuento, ¿lo inscribiste
en algún concurso?
Jorge Volpi: Yo estudiaba
en el CUM. Ahí había
un concurso de cuentos cada año que era bastante célebre, porque
varios escritores que habían estudiado en esta
escuela lo habían ganado. La leyenda decía que Carlos Fuentes,
cuando estudió en el CUM, había ganado los tres primeros lugares
con tres seudónimos distintos.
Mi amigo Eloy me invitó a participar en el concurso. Gané el tercer
lugar, Eloy quedó en quinto. En esos días tuve oportunidad de conocer
a Ignacio Padilla, que era un año más
joven que nosotros.
Ignacio se llevó el primer lugar.
Desde entonces nos hicimos amigos Eloy Urroz, Ignacio Padilla y yo. Esa complicidad
literaria ha sido esencial a lo largo de nuestras vidas.
José Antonio Fernández: ¿Qué te
dice tu familia cuando les comunicas que decidiste ser escritor?
Jorge Volpi: Por un lado decidí ser escritor por la influencia de Eloy
Urroz y de cómo se dieron las cosas en ese concurso de cuento. Sin embargo,
por otra parte lo cierto es que mi padre siempre fue un gran lector, siempre
hubo libros en mi casa y él siempre nos habló de los libros que
conocía. Creo que mi padre nunca imaginó que todo ese ambiente
que él propiciaba repercutiría para que yo me convirtiera en escritor.
Seguramente él hubiera querido que fuera médico, como él.
Sé que a mi padre le dio gusto mi decisión, porque siempre nos
hizo ver que el arte es una parte importante de la vida y apoyarme fue una manera
de confirmarlo. Por supuesto, por el principio de paternidad, tanto mi padre
como mi madre temieron que me dedicara a la literatura y al paso del tiempo no
tuviera dinero para vivir. No sentí una presión constante para
que cambiara mi decisión, pero sí escuché consejos
constantes en los que me sugerían escoger otra carrera y que de todos
modos escribiera. Al final de cuentas, fue lo que terminé haciendo. Estudié Derecho
y soy escritor.
José Antonio Fernández: ¿Qué nombre le
diste a tu primer cuento?
Jorge Volpi: La Virgen y la serpiente.
Ese cuento afortunadamente está perdido. Era de unas diez páginas. Además
de retratar la vida de un campesino mexicano, intentaba retratar simbólicamente
la historia de nuestro país desde La Conquista hasta
el Siglo XX.
José Antonio Fernández: Decides ser escritor luego de escribir
tu primer cuento. ¿Cuándo sientes que sí eres
escritor?
Jorge Volpi: Pasa un tiempo,
como es natural. A los 16 me sigo escribiendo otros cuentos.
Entonces hice una apuesta con Eloy Urroz: el primero que
escribiera una novela le pagaría al otro una cena.
Pagó la apuesta. Terminé mi primera novela y la envié a
varias casas editoriales. En todas me la rechazaron.
Después escribí una segunda novela. La mandé a dos editoriales
y en las dos la aceptaron. Yo tenía 22 años. Ese fue el momento
en el que confirmé que sí era escritor. Decidí que fuera
Joaquín Mortíz la que publicara mi novela, porque había
sido durante muchos años la casa editorial de los escritores mexicanos
de la generación anterior a la mía.
Esa novela (A pesar del oscuro silencio), se publicó cuando estudiaba
Derecho y al mismo tiempo trabajaba en la Procuraduría de Justicia del
Distrito Federal. Ya combinaba dos vidas desde entonces. La de escritor y también
la vida pública.
José Antonio Fernández: ¿Cuál es el nombre de tu
primera novela que permanece inédita?
Jorge Volpi: Su
título es Ese largo y silencioso
poder del olvido. Es sobre Emiliano Zapata. La historia narra lo que sucede cuando
un escritor norteamericano visita a Zapata el día
de su muerte.
José Antonio Fernández: ¿Tienes intención
de empujar para que se publique?
Jorge Volpi: Defiendo lo que en ella encuentro
de mí. La he vuelto a ver en alguna ocasión. La escribí a
los 19 años. No tengo interés en publicarla. Tendría
que reescribirla y hoy prefiero escribir otras cosas.
José Antonio Fernández: Alguna vez
te escuché decir que
la crítica ha sido dura contigo y que estás acostumbrado a la crítica,
incluso que a algunos críticos se les ha pasado la mano
contigo.
Me da la impresión que no te ponen ya nervioso los críticos. ¿Es
así?
Jorge Volpi: Desde la publicación de mi
primera novela, A pesar del oscuro silencio, recibí una enorme cantidad
de notas a pesar de que era la primera novela de un escritor muy joven. Hubo
reseñas
violentísimas en
contra de mi novela, que yo jamás hubiera imaginado,
y otras muy favorables.
Desde 1993 hasta hoy, la constante con mi trabajo literario
ha sido recibir siempre críticas a favor o en contra,
muy entusiastas o muy violentas, nunca moderadas. Considero que debo ver estas
actitudes críticas como una ventaja. Así ha sido la tónica.
La crítica para mí es importante. Claro que leo las críticas.
Me interesa saber lo que piensa la gente. Pero, por otra parte, también
es importante saber que la crítica nunca es inocente. La crítica
no sólo intenta hablar sobre la obra sino de fijar la posición
del propio crítico con sus manías y obsesiones, odios y envidias.
Esto es igual en la literatura que en la televisión o el cine. Hay que
saber diferenciar o tratar de interpretar lo que quiere decir una crítica
positiva o negativa.
Por otro lado, es cierto que los medios endogámicos tienden a ser muy
violentos con sus miembros, lo que no sólo
ocurre en México, no es sólo un producto del malinchismo mexicano.
Me ha tocado verlo en otras partes igual que aquí.
Las críticas más violentas a mis novelas las he recibido en México,
pero igual en España son más violentos con los españoles
y en Francia con los
franceses. Tiene que ver la competencia.
José Antonio Fernández: Cuando decides fundar y ser parte de la
Generación del Crack, ¿es algo que haces
de manera absolutamente consciente?
Jorge Volpi: Sí, totalmente consciente.
Desde que nos conocimos Eloy Urroz, Ignacio Padilla y
yo a los 16 años
-Eloy tenía 17-, Eloy siempre
tuvo la idea de que debíamos formar un grupo literario
y hacer proyectos colectivos. Fue casi siempre él
quien nos animó. Por
eso es que publicamos juntos Tres bosquejos del mal,
que son tres novelas cortas. Luego escribimos una novela
juntos, en la que participó también
Alejandro Estivill.
Para 1994 se nos ocurrió darle un nombre y una estructura a esa amistad
literaria. Invitamos a otros dos amigos escritores, Ricardo Chávez y Pedro Ángel
Palou. Una noche nos dimos el nombre: Grupo del Crack, que buscaría
publicar las novelas del Crack.
De inmediato se dio un desencuentro con la prensa que
empezó a llamarnos
Generación del Crack y no Grupo del Crack. Hubo muchos escritores incluso
de nuestra generación que se sintieron excluidos.
Recibimos muchos ataques. Fue una época difícil
para nosotros cinco.
El nombre Grupo del Crack no se le ocurrió a un editor y tampoco es una
invención comercial. Nosotros 5, Eloy Urroz, Ignacio Padilla, Ricardo
Chávez, Pedro Ángel Palou y yo, una noche
de diciembre de 1994 le dimos nombre a nuestra amistad
literaria.
José Antonio Fernández: ¿Por qué el
nombre Crack?
Jorge Volpi: Nuestra
intención era hacer
una broma en serio, como sucede con muchas cosas en literatura. Jugamos con la
onomatopeya inglesa crack, parecida a boom. El boom es una explosión.
A Pedro Ángel Palou se le ocurrió utilizar
crack, para significar ruptura. Aquí también
debo aclarar otro
malentendido, porque es común que me pregunten si escribíamos bajo
los influjos del crack. Nosotros en ese tiempo no sabíamos
que el crack era una droga.
Imaginábamos crack económico, el crack futbolístico y
el crack como ruptura, con una especie de vuelta atrás
hacia los principios de la literatura latinoamericana.
Estábamos en contra del realismo mágico, entendido como obligación
para el escritor latinoamericano. Queríamos escribir novelas amplias,
ambiciosas y polifónicas
en contra de las novelas más comerciales de esa época. De ahí vino
el juego. Lo conducimos a un extremo lúdico mayor en 1996, cuando publicamos
nuestras novelas y también el Manifiesto del Crack, que obviamente tenía
este componente lúdico e incluía todos estos principios en los
que creíamos
entonces.
José Antonio Fernández: A los 22 años ya eras un joven con éxito. ¿Te
desubicó el éxito que te llegó a
temprana edad?
Jorge Volpi: Mi éxito a los 22 años
en el medio literario era muy relativo. Por supuesto, para mí fue un éxito
haber publicado mi primera novela a los 22 años en la editorial que
yo admiraba por los autores que ahí publicaban, pero eso no provocó ningún
cambio visible en mi vida.
José Antonio Fernández: ¿Te la creíste?
Jorge Volpi: No, porque no veía nada
que implicara cambios en mi vida debido a ese éxito. A mí sólo
me parecía que estaba
haciendo mi trabajo en forma correcta. No más.
José Antonio Fernández: Me da la impresión
de que eres una persona a la que siempre le ha ido bien, en
tu casa, tu familia, tu escuela, tu trabajo, tus amigos.
¿Es acertada mi percepción?
Jorge Volpi: No me quejo, en general me
ha ido bastante bien, tanto personal como profesionalmente. Como
todos, he tenido épocas
malas y buenas. Fui buen alumno, mis padres viven.
José Antonio Fernández: ¿Crees
que a la gente le va bien o mal por razones circunstanciales,
o consideras que en buena parte le va bien al que se le educa
a ser proactivo para que le vaya bien?
Jorge Volpi: Lo que mi padre
nos enseñó fue
que su gran pasión
era la medicina y a ella le dedicó los mejores años de su vida,
sin importarle el dinero o cualquier otra consideración. Era su gran
placer. Quería contribuir
a la sociedad y ayudar a la gente. Quería ser útil. Su ejemplo
para mí es muy claro.
No persiguió el éxito económico, éramos una familia
de clase media muy moderada, con muy pocos lujos. A cambio viví toda
esa enseñanza.
De mi madre descubrí esa vocación para
ser feliz cotidianamente. Su temperamento siempre lo
he querido imitar. Sin duda las circunstancias influyen
siempre, hay quien puede intentar ser feliz pero no
le es posible por tragedias imprevisibles.
José Antonio Fernández: ¿Te gusta hacer vida pública
y vida intelectual en forma simultánea?
Jorge Volpi: Desde luego
el poder es uno de los temas que me obsesionan, desde
la literatura y desde la práctica. Si yo tuviera que elegir, me iría
sólo por lo literario. Es lo que me interesa más
y me define.
La vida pública me interesa estudiarla, analizarla y explorarla vitalmente.
Pero, aclaro, la vida pública sólo
a veces, lo que no quiere decir que yo haya querido hacer una carrera política
como tal. Jamás me interesó o soñé con ser Presidente
de la República, senador o diputado o
tener un puesto como el de dirigir Canal 22.
Al estudiar Derecho me dediqué un tiempo a estudiar el poder desde el
derecho. Por casualidades de la vida trabajé en
la Procuraduría del Distrito Federal, en la General de la República,
en la Suprema Corte de Justicia y en la Secretaría de Gobernación,
y luego como Agregado Cultural en Francia y ahora
estoy al frente del 22.
José Antonio Fernández: En tus novelas has analizado a grandes
personajes de la política. ¿Te ha gustado ser parte del mundo político?
Hoy eres un personaje con poder en la vida cultural de México. ¿Te
gusta?
Jorge Volpi: Desde
luego que es atractivo. En mi caso, diría
Foucault, se trata de ejercer el poder de otra
manera, no de la forma habitual y tradicional
del sistema.
Cuando trabajé en mis años juveniles en las procuradurías
tuve puestos menores pero muy cercanos a quienes tomaban las grandes decisiones
en el viejo sistema del PRI. Fue muy interesante estar cerca de esa maquinaria
y también en ocasiones
muy desolador, desalentador y despreciable porque me di cuenta cómo
funcionaba, desde la corrupción,el cálculo, la ventaja y la traición
hasta los medios que se utilizan para perseguir fines supuestamente benéficos
y demás.
Ahora que he tenido la oportunidad de ocupar
puestos públicos como el
de Agregado Cultural en París y al encabezar Canal 22, he tratado de
no utilizar esa manera de ver la política.
Como sé que evidentemente el Director de Canal 22 tiene poder político,
he tratado desde dentro de acotar y limitar ese poder. De limitarlo al máximo.
José Antonio Fernández: ¿Qué reglas
te autoimpones para hacer uso del poder?
Jorge Volpi: No
sólo para el uso del
poder, sino para casi todo en la vida utilizó una especie de ética
derivada de la teoría de juegos que tiene que ver con la cooperación.
La ciencia me fascina. Aplico tres
reglas fundamentales: ser generoso,
ser claro y ser duro.
Generoso es siempre cooperar de principio,
que es establecer las mejores relaciones
con cualquiera desde el inicio. En este sentido,
generosidad significa siempre tender
la mano y tratar de encontrar proyectos
conjuntos con los demás.
En segundo lugar, la parte de ser claro y duro
tiene que ver con lo siguiente: a la respuesta
de la otra persona, responder de la misma manera.
Es decir, si el otro responde con más cooperación, pues continúo con
más cooperación. Si en cambio el otro responde con traición,
hay que responder siempre con la
misma traición.
En esto hay que ser claro: no se
trata de veleidades ni de estar cambiando
de opinión y de a veces ser bueno y en
otras malo. De lo que se trata es que el otro sepa que a cooperación
responde siempre cooperación, y a traición responde traición.
José Antonio Fernández: Ahora me queda claro el por qué cuando
llegas a Canal 22 reconoces de
manera subrayada la labor de
tus antecesores en el puesto,
José María
Pérez Gay y Enrique Strauss, y también de los colaboradores históricos
del 22.
Jorge Volpi: Por
supuesto tiene que ver con esto pero
también es un
reconocimiento al trabajo que
ha hecho cada uno en su momento.
También es típico en la política mexicana que cuando llega
un funcionario a un puesto lo primero que hace es atacar al inmediato anterior
para hacerse presente y demostrar que el sí sabe hacer las cosas.
Esta regla del PRI se repite con el PAN. A mí me
parece totalmente absurda.
Lea más respuestas de Jorge Volpi
publicadas en exclusiva por Canal100.com.mx
Yo creo que se ha dado
una cierta continuidad clara en Canal 22 desde su fundación y hasta
la fecha.
Más allá de las diferencias de estilo entre José María Pérez
Gay y Enrique Strauss, sí hubo una continuidad institucional en el 22
que hay que valorar, respetar y preservar. Ese ha sido el objetivo desde
que yo llegué aquí.
En el libro que celebra
los 15 años del 22, vienen largas entrevistas
con José María Pérez Gay y también con Enrique
Strauss.
Más allá de que el estilo cambie, hay una continuidad institucional.
José Antonio Fernández: Desde que llegaste
a Canal 22, ¿cuáles
son las decisiones que has tomado que consideras más importantes?
Jorge Volpi: Para
empezar te puedo decir tres decisiones que tienen que ver con un estilo distinto
de dirección. La primera es la de tratar de encontrar
mecanismos internos para hacer al 22 más transparente ante la sociedad.
La segunda decisión es buscar mecanismos para tratar de limitar la capacidad
de decisión discrecional del Director, que al día de hoy significa
limitar mi capacidad de decisión. Y la tercera decisión es encontrar
fórmulas para tener un contacto más cercano con el público.
Toda mi primera parte tiene que ver con medidas de autorregulación que
intentan respaldar estas tres decisiones. Por una parte, establecí un
Código de Ética para todos los servidores públicos del
Canal, que justamente intenta contrarrestar cualquier personalismo y dejar
claro el cómo debe trabajar
cada quien en cada área. Establece la independencia editorial del área
de Noticias, la cláusula de exclusión
de conciencia para los periodistas del Canal y crea mecanismos para hacer
clara la labor de cada funcionario, incluyendo al Director.
Ese mismo Código de Ética crea un Comité de Ética
en el que participan todas las áreas y trabajadores sindicalizados
del Canal, en el que revisan cada tres meses que efectivamente se estén
cumpliendo cada una de las normas establecidas en el Código de Ética
para que no sea de adorno, como sucede en tantos medios públicos
y comerciales. Todas estas medidas vienen de mi parte de abogado.
Para respaldar la tercera decisión, de estar más cerca de los televidentes,
creamos una figura dentro del Canal que es la Defensoría del Televidente,
que permite a los ciudadanos intervenir en la programación, enterarse
de las decisiones y quejarse de la misma programación o del tratamiento
de los temas.
Dispuse de otras dos acciones concretas para respaldar la decisión de
limitar el poder discrecional de la Dirección General. Estas dos acciones
prácticas son también fórmulas
que limitan ese poder para otorgar apoyos económicos. En épocas
anteriores, eran los directores y funcionarios de otros organismos los que terminaban
decidiendo qué proyectos de directores independientes eran los que se
producían. Ahora he querido limitar eso. Yo considero que puedo ser buen
gestor, pero no soy experto en televisión, es algo que todos sabemos en
este medio. La idea, entonces, fue tratar de encontrar mecanismos que pudieran
ser más claros para otorgar los apoyos económicos
a los productores independientes.
Por todo esto que explico, lanzamos una Convocatoria
del Canal hacia los productores en la que nosotros decidimos qué temas
y qué géneros queremos hacer.
Es un concurso abierto, transparente y claro para que pariticipe el productor
que así lo quiera. Ya estrenamos de hecho las producciones ganadoras
de la Primera Convocatoria de productores independientes.
Establecimos también
una segunda fórmula para recibir propuestas de productores independientes.
Deriva el mecanismo, hay que reconocerlo, del que utiliza Canal
11. Ellos le llaman Buzón de Proyectos
y en el 22 le dimos el nombre de Portal de Proyectos. En esta segunda opción
los productores independientes pueden entregar sus proyectos de producción
de manera transparente y clara, sin necesidad de que hagan cita conmigo y
que yo termine diciendo
qué se produce. El Comité de Programación del Canal 22
es el que decide cuáles
de los recibidos en ese Portal de Proyectos se aprueban para su producción.
Otra de mis decisiones clave de esta primera parte ha sido el darle un énfasis
al proceso de automatización y digitalización del Canal 22, lo
que me parece esencial en el contexto que viven los medios electrónicos hoy.
Sin infraestructura técnica,
† un canal no puede lograr ser sólido y competitivo. Los pasos dados
en este sentido por mi antecesor, Enrique Strauss, fueron enormes. Ahora
estamos reforzando el proyecto para buscar transmitir digitalmente desde principios
del 2010.
José Antonio Fernández: Te he visto dar varias conferencias de
prensa y encuentro una constante en tí: estás tremendamente
estructurado. No percibo que sea algo meramente casual. Me da la impresión
de que eres como un ingeniero, lo digo en el sentido de que encuentro que
tienes muy bien pensados los cimientos y las columnas que están
sosteniendo todo el proyecto que propones para el 22.
¿Estoy en lo correcto al percibir que te gusta el armado de los proyectos
a la manera en la que los hacen los ingenieros? ¿Crees en la base
estructural de los proyectos?
Jorge Volpi: Sí me gusta el diseño
de las estructuras, y no
sólo
es en este caso. Como escritor, la parte que más me gusta es el diseñar
la estructura de un libro. Es lo mismo al tratar de trabajar en un asunto
público.
Sí creo que el diseño de políticas públicas
depende justamente de poder estructurar de entrada un proyecto hacia
la sociedad, de manera minuciosa, e irlo desarrollando poco a poco.
Así como cuando escribo una novela me doy, por ejemplo, tres años
y durante ese tiempo voy estructurando personajes, diálogos, narradores,
tiempos y estilo, de la misma manera es posible estructurar una política
pública para
Canal 22. Hay que definir qué se hace primero y qué después.
Por supuesto, como en las novelas, en el 22 también la realidad influye.
Esto no es sólo unilateral. Muchas de las ideas son mías pero
se incorpora el trabajo de toda la gente de Canal 22, de todo el equipo directivo
y también influye enormemente todo lo que está pasando en el
país.
A mí me parece esencial contar con un proyecto de política pública
clara desde el inicio.
José Antonio Fernández: Por lo que
has escrito, me queda muy claro que aborreces las dictaduras, los dogmas
y el pensar que una persona pueda tener la razón de todo. ¿Esta
posición marca tu
quehacer como político de la cultura?
Jorge Volpi: Mi
novela más conocida,
En busca de Klingsor, me permitió darme cuenta y explorar que la verdad
absoluta no existe ni siquiera en la ciencia, mucho menos puede existir en
la vida pública
y menos en la política. Desconfío de quien tenga posiciones
solidísimas
y se empeñe en mantenerlas.
Creo que uno puede tener convicciones y defenderlas, pero en el contexto
de saber que son verdades parciales que se complementan con las de los
demás.
José Antonio Fernández: Mencionas tres
o cuatro conceptos de política del Canal 22 en forma constante que me
gustaría explorar. ¿A
qué te refieres al decir pluralidad?
Jorge Volpi: Pluralidad y diversidad, que
son conceptos parecidos aunque no exactamente iguales, son una tónica
básica para un
canal que aspira a ser público y que tiene un perfil cultural.
La propia sociedad mexicana es así: plural, diversa y variada.
Por eso el 22 tiene que reflejar eso. Y esa pluralidad debe demostrararse
no sólo
en los contenidos sino en la forma de articular la política
interna del Canal, en la manera de elegir los programas que se producen
y se compran y el cómo se programa para que el público
pueda escoger entre contenidos distintos. Sobretodo en una época
en la que estamos llenos del lo que yo llamo ¨el
imperio de lo mismo¨. En Sky se pueden tener más
de cien canales, pero la mitad de ellos repiten exactamente las mismas
cosas. No es tan fácil creer que muchos canales ofrecen contenidos
distintos. De lo que se trata en el 22 es que un canal que aspira
a ser público,
debe presentar contenidos diversos para que el público en
verdad elija, tenga de dónde escoger.
Entendiendo ese público como ciudadanos de esta República
de los medios.
José Antonio Fernández: Hablas también
de la no censura. ¿A
qué te refieres al decir que hay cero censura en Canal 22?
Jorge Volpi: La regla básica de la existencia
de un medio público
es la independencia editorial, por lo tanto: cero censura en
Canal 22. Hoy no existe la censura en el 22. No somos medios públicos,
porque la Ley no nos reconoce como tales, por eso muchas decisiones
importantes dentro del Canal dependen de la discrecionalidad de cada director
y esto es lo más
peligroso.
Creo que efectivamente
los canales 11 y 22 han ido avanzando enormemente en la transmisión
de contenidos plurales y diversos y en ese afán de
objetividad e imparcialidad informativa. El peligro de que esto no ocurra es
constante porque la Ley no establece que sean medios independientes de las
políticas
del gobierno. Me parece que la dirección en la que tendría que
ir una revolución de medios públicos debe ser justamente
hacia la independencia editorial. Hay a quien no le gusta esta idea, pero hay
muchos sectores en el Congreso que apoyan todo el concepto de independencia.
José Antonio Fernández: ¿Significa esto que hoy existe
cero censura en el 22 porque Jorge Volpi, el Director, decidió que existiera
la no censura? ¿Siempre se correrá ese riesgo de que mañana
con otra persona como cabeza del 22 pueda existir la censura?
Jorge Volpi: Así es. Es correcto
lo que dices.
José Antonio Fernández: Me
da la impresión de que vas muy adelante de la
crítica, de la prensa, de los analistas y de tus
interlocutores. Alguna vez, por ejemplo, dijiste en una
conferencia de prensa que el 22 era una estación
pública. Aclaraste que la Ley no lo contempla así,
pero subrayaste también que bajo tu dirección
el 22 opera como una estación
pública. Cuando hiciste esa afirmación en
la conferencia de prensa, me dio la impresión de
que ibas tan adelante de quienes te escuchaban, incluso
de los periodistas presentes, y lo digo con todo respeto,
que no te hicieron pregunta alguna en un tema tan importante.
Cuando lanzaste el tema de la República
de los Medios, quienes estaban en la conferencia de prensa
se quedaron como pasmados, sin saber por dónde.
Te pido me expliques estos dos conceptos. Primero, ¿cómo es que
el Canal 22 es una estación pública en su manejo, aunque la Ley
no diga que debe ser así?
Jorge Volpi: Cuando digo
las cosas, lo que sucede es que a veces no lo creen. No
creen que en un contexto de medios como el de México,
un canal de televisión,
el 22, pueda actuar con absoluta independencia. Las preguntas
constantes que me hacen son: ¿y te han dejado hacer
esto? ¿Y nadie está detrás
de tí? Yo puedo responder que hasta ahora ha
habido total apertura en este sentido.
El problema está en que al no ser legal (el que el 22 sea una estación
pública), mañana todo es reversible. Mientras
la Ley no marque que el Canal es público, nosotros
podemos actuar como si fuera público,
todo el equipo del 22 podemos hacerlo así, pero si en
algún
momento alguien decidiera cambiarlo por completo, podría
hacerlo.
¿Qué significa todo esto de que sea público? Si revisamos
como están legislados todos los medios públicos
en el mundo, en lo único que coinciden todos es
en la independencia editorial. Es lo que hay que defender
al máximo. Hay que
defender que el 22, si bien es un canal del gobierno,
no se dedique a transmitir el punto de vista unívoco
del gobierno. El 22 no es un órgano de
comunicación social del gobierno, es un Canal
que se debe a la sociedad. Su misión es transmitir
todos los contenidos posibles de la manera más
amplia e imparcial.
Es curioso, quien vea el Canal 22 se dará cuenta de que nadie tiene
el impulso de la censura, aún aquí se dice todo. La libertad
es enorme.
Me sorprendió que en alguna ocasión algún productor
subiera a decirme que en su programa una persona había
dicho algo horrible sobre cierto funcionario. Me pregunto
qué hacía. Le dije que no era algo
que me tuvieran que preguntar, que simplemente debía
transmitir el programa tal cual. Esa libertad es justamente
la condición del
Canal.
Existe en el 22 todavía la sensación de que hay que pedir permiso
para transmitir ciertos contenidos o que alguien va a venir a decir que sí o
no se transmita algo.
Con la excepción del respeto que se debe tener por las personas en forma
particular, que tiene que ver con la cuestión ética,
en mi administración
como cabeza del 22 nunca ha habido una orden para que
un contenido no se transmita.
José Antonio Fernández: La pregunta
que me hace sentido ahora es la siguiente: ¿qué no debe
transmitir Canal 22? Te lo pregunto ya no desde el punto de vista
de censura, sino de política editorial.
Jorge Volpi: Sobre esto hay una buena discusión sobre qué debe
transmitir un medio público.
Hay medios públicos, como Televisión Española y, sobretodo,
Televisión Nacional de Chile, a los que la Ley les
marca que deben autofinanciarse. Para conseguir recursos,
dinero, terminan haciendo los mismos programas de la televisión
comercial. Eso no les quita la condición de públicos.
Pero cuando uno prende la televisión, ve los mismos
programas en esas estaciones públicas que aquí pasaría
Televisa. Yo no creo que ese deba ser el modelo.
Yo considero que para Canal 22 el modelo debe ser otro.
Podría decir
que Canal 22 debe transmitir casi todo lo que no transmite
la televisión
comercial. Es una definición instrumental de cultura,
para decirlo de la manera más
amplia, con estándares de calidad altos.
José Antonio Fernández: Me voy al caso extremo: ¿estarías
a favor de que el 22 transmitiera Las Olimpiadas
o el Mundial de Fútbol?
Jorge Volpi: No le veo ningún sentido a que el 22 transmita ni las Olimpiadas
ni el Mundial, pero sí a que el 22 analice el Mundial y Las Olimpiadas
de una forma distinta a cómo lo hace la televisión
comercial. Por eso lanzamos un programa nocturno (Ludens)
sobre Las Olimpiadas que es diferente.
José Antonio Fernández:
En este mismo sentido de los contenidos, ¿sellar
al Canal 22 como un canal cultural, crees que es importante?
Me parece que la gente entiende mejor lo que es un canal
cultural que lo que es un canal público.
Jorge Volpi: Es que se puede ser un canal público
cultural, y puede existir un canal público que no tenga un perfil estrictamente
cultural. La confusión
está en que la Ley reconoce a los canales públicos
y culturales con una condición especial, como
si fueran a ser canales culturales y educativos por
ser públicos.
La verdad no es así. Perfectamente podría
haber un canal público
cuyo contenido no fuera esencialmente cultural, podría
ser político.
De hecho creo que ese es más el perfil de Canal
11.
Canal 22 nace como un canal cultural y hay que
entender la cultura de la manera más amplia posible, independientemente de que se termine convirtiendo
en un canal público de perfil cultural.
José Antonio Fernández: En la práctica el 22 se conduce
como canal público.
Jorge Volpi: Todavía faltan cosas por
hacer. Estamos avanzando mucho pero este proceso
no se ha acabado. Hemos creado mecanismos con los que se logra la independencia
editorial, pero vamos por más fórmulas que aseguren
esa independiencia editorial. Anunciaremos oportunamente
estas nuevas ideas.
Y también estamos presionando a la sociedad y a
los legisladores para que estos mecanismos se conviertan en Ley para asegurar
ese carácter público.
En muchos sentidos en la práctica sí somos
un canal público,
pero mi formación de abogado me dice que
si eso no está regulado
se corre el peligro de que pueda haber algo que
enturbie ese carácter
público en cualquier momento.
José Antonio Fernández: Le has dado una gran importancia a la producción
propia del 22, ¿por qué decidiste hacerlo así?
Jorge Volpi: Quise continuar con algo que empezó de forma intensa la administración
de Enrique Strauss.
Chema Pérez Gay creó el 22 con un perfil cultural y lo hizo atractivo.
Lo armó con una cantidad enorme de programación
extranjera y con unas cuantas producciones
propias. Enrique Strauss siendo un productor,
decidió que
un canal debe producir porque además
es lo que le da un perfil diferenciado. Hemos
querido continuar Eva Villarreal (Directora
de Programación) y yo,
produciendo lo más que podemos.
Los programas que produce el 22 son los que
vinculan realmente a lo creadores mexicanos,
a la cultura mexicana viva, con el público. Si nos dedicáramos
a pasar sólo las producciones de la
BBC y de los canales de todo el mundo, claro
que cumpliría una función el
22, pero no quedaría
por completo cerrada esa función social
si no promoviéramos ese contacto entre los
creadores y el público mexicano. Es
una cuestión
de diversidad y de cercanía con el propio
país. Por eso producimos programas
casi temáticos distintos. De libros,
de arte contemporáneo, de
música, de cortometraje, de cine, de
danza, de medios audiovisuales en general.
Todos estos programas tienen esa función
esencial de vinculación, que no cumpliríamos
si nos dedicáramos
a comprar programación extranjera aunque
fuera del más
alto nivel.
José Antonio Fernández: Te echaste también a cuestas una
tarea sumamente compleja: querer que el 22 se vea por aire en todo México.
Ahí estás poniendo en juego todas tus habilidades políticas.
Lo anunciaste como un deseo que puede cumplirse. ¿Le
ves posibilidades reales?
Jorge Volpi: No a corto, pero sí a mediano plazo. Sí lo veo posible.
Está presentado como uno de los proyectos estratégicos
del Canal.
Si el 22 aspira a ser un canal público, no puede ser que sea visto sólo
en el Valle de México y que en el resto del
país únicamente
pueda ser sintonizado si la gente paga televisión
por cable o satelital. Necesariamente tenemos que buscar
que el 22 sea una estación que sea vista por
televisión abierta en todo el país.
Hay que marcar prioridades y tomar en cuenta
que nuestros presupuestos no son amplísimos. El objetivo a corto plazo
es terminar la digitalización
muy pronto para que en el 2010 empecemos ya con repetidoras
para transmitir nuestra señal en distintas partes de la República.
Necesitamos el apoyo tanto del Gobierno Federal como muy especialmente de la
Cámara
de Diputados.
José Antonio Fernández:
Hay un asunto de primera importancia sobre el que
yo he escrito que tú tienes la palabra. Lo explico:
existe la intención
de unir en un sólo organismo al 11, al 22,
a Televisión Educativa
y a Radio Educación, a la manera en la que
en alguna ocasión se formó Imevisión.
Es una idea que viene de tiempo atrás. Este
organismo podría llamarse
Eduvisión.
Yo creo que el peso de tu opinión puede frenar este proyecto. Tengo la
impresión de que si al Canal 22 no se
le defiende hoy como canal cultural, se puede
perder como canal cultural.
¿Cuál es tu posición ante este proyecto que pudiera recibir
el nombre de Eduvisión, que por una parte es muy ambicioso pero por otro
lado podría resultar muy perjudicial para
el destino del 22?
Jorge Volpi: Mi posición personal, que no es la institucional del 22 que
tiene que ver con muchas otras cosas, es estar en contra de la creación
de una corporación de esa naturaleza.
Cuando las corporaciones surgen se puede llegar
a resultados espléndidos,
como es el caso de la BBC. Pero la historia de
la televisión en Gran Bretaña
es completamente distinta a la de México.
En Gran Bretaña cuando
nació la BBC, sólo había BBC.
Crean un conglomerado que tiene todo, estaciones
de radio, canales de televisión, orquesta
y muchas cosas más. Han logrado grandes
resultados. Pero la BBC es tan grande que en la
misma Inglaterra surgió otro canal público,
Channel Four, que se aparta por completo de la
BBC para poder tener un perfil diferenciado y ofrecer
otro tipo de contenidos. Aún ahí sucede.
En México la historia es totalmente distinta, la naturaleza jurídica,
política y administrativa de los canales
11, 22 y de Televisión
Educativa y Radio Educación son conpletamente
diferentes. El 11 está adscrito
al Politécnico Nacional, lo que le da una
naturaleza diferente a la que tiene el 22, que
surge como un canal cultural dependiente del Consejo
de Cultura. Tratar de convertir esto en una sola
corporación, entrañaría
primero una gigantesca complicación jurídica
administrativa, y en segundo lugar se correría
el peligro de quitarles el perfil que tienen. No
creo que esto sea lo esencial para reforzar a los
medios públicos.
Para reforzar a los medios públicos hay que, uno, dotarlos como medios
públicos jurídicamente, dos, dotarlos
de una gran cantidad de recursos fiscales para
su modernización e infraestructura y, tres,
darles también recursos para la producción
de contenidos. Eso es lo más
importante. No es esencial que exista un sólo
organismo burocrático
para que se desarrollen el 11 y el 22. No es por
ahí.
José Antonio Fernández: ¿Defenderás entonces que
el 22 siga siendo independiente de una gran corporación y que esté dedicado
al mundo de la cultura?
Jorge Volpi: La historia misma del Canal prueba
lo importante que ha sido que el
22 conserve su perfil cultural, ahora añadiendo
que sea un canal público en el que los contenidos
sean completamente independientes y que nadie sospeche
que lo que quiere el Canal sea promover las políticas
de la Secretaría de Educación o del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes. No es el caso,
pero esa sospecha podría ocurrir en algún
momento, y eso es lo que hay que evitar. Hay que reforzar
el carácter
público del Canal 22. Su función como
canal cultural es esencial para México y 15
años de
historia lo demuestran.
José Antonio Fernández: ¿Consideras
que al día
de hoy la comunidad cultural siente como suyo al 22, y me refiero igual a
los personajes consagrados que a los que no son tan famosos?
Jorge Volpi: Pienso que estamos muy cerca de
que eso suceda. En todas las encuestas la gente identifica como culturales
al 11 y al 22. Nuestro público habitual
busca programación cultural. Necesitamos ampliar ese núcleo
de televidentes todo el tiempo.
José Antonio Fernández: ¿Crees que si hoy Canal 22 se pusiera
a la venta o lo quisieran desaparecer para que ya no fuera cultural, habría
gente de la cultura y televidentes que salieran a la calle a protestar
para impedir que eso sucediera?
Jorge Volpi: Yo creo que sí. Canal 22
nació a
partir de la presión
de la comunidad cultural. Fue un momento muy particular, cuando Salinas
quería
quedar muy bien con los intelectuales. Independientemente de eso, fue
gracias a un grupo de intelectuales que Canal 22 no se vendió en
el paquete de los canales 7 y 13. Imagino que ese grupo de intelectuales
u otros más
defenderían
al 22 en caso que quisiera privatizarse o quitarle su carácter
cultural.
José Antonio Fernández: Te he escuchado en conferencias de prensa
decir que el área de Noticias de Canal 22 se maneja en forma independiente,
que no intervienes en el área de Noticias, que Jorge Volpi, como Director
del 22, no revisa ni da vistos buenos todo el tiempo para decir qué va
al aire y qué no va. ¿Es así?
Jorge Volpi: Obviamente la política del área
de Noticias como tal es consultada constantemente conmigo y con todos los demás
miembros de la Dirección para establecer cuáles son las políticas
generales. Pero jamás ha habido un caso en el que yo llame para decir
no transmitan esto. Les hablo para decirles que está pasando también
tal o cual cosa, pero ellos deciden si también eso es importante para
ponerlo al aire.
José Antonio Fernández: Luego
de esta larga conversación,
me llevo la impresión de que no sólo piensas en el
hoy y en el mediano plazo de Canal 22, sino también en el
día que dejes al
22 y lo mires desde afuera. ¿Lo tomas en serio también
porque un día el 22 será parte de tu pasado?
Jorge Volpi: El 22 para mí es sólo una corta etapa de mi vida.
Yo estoy dedicado a la literatura, por decisión y por convicción.
Desde que llegue, he querido que el proyecto del Canal termine
cuajando. Y más
ahora que se ha ido enriqueciendo día con día.
José Antonio Fernández: Hace unos meses en Conaculta hubo una crisis
que llevó a varios funcionarios a quedar fuera de la institución. ¿Hubo
algún momento en el que consideraste dejar el Canal
en esos momentos de crisis de Conaculta?
Jorge Volpi: En ese momento de crisis en absoluto
pensé que como se daba
una desbandada debía dejar Canal 22. Jamás lo pensé así.
José Antonio Fernández: ¿Cuál
es tu compromiso que va más alla del día a día al estar
al frente del 22? No quiero decir tu compromiso espiritual, para no confundir
con conceptos religiosos, pero sí me refiero a ese compromiso más
humano, más
del espíritu.
Jorge Volpi: Le dedico la mayor cantidad de
mi tiempo al 22 y lo hago porque el Canal no sólo es importante para
la comunidad cultural sino para el país.
Más allá de la comunidad cultural a la que pertenezco, estoy convencido
de que el Canal 22 es importante para cientos de miles de personas. Para muchos
de ellos es el único vínculo que tienen con la cultura, es su única
herramienta para ver la realidad de otra forma. Los televidentes que tenemos
en Estados Unidos pueden tener momentos en los que sólo el 22 es su vínculo
con su país. Mi misión está enfocada esencialmente a ese
público, a acercar a la comunidad cultural con esos televidentes.
José Antonio Fernández: ¿Qué es lo que más
te gusta como Director del 22?
Jorge Volpi: Lo que más disfruto es por una parte articular las
políticas
públicas y, por otra parte, seleccionar los programas que vamos a producir
y los que compramos. Es un gran placer estar en el mercado de la televisión
de Cannes y ver las posibilidades infinitas de televisión
que hay en el mundo.
José Antonio Fernández: ¿Qué ha sido lo más
emocionante para tí en el tiempo que llevas como Director?
Jorge Volpi: Lo que se ha dado en los últimos tiempos, como el
lanzamiento de las medidas de autorregulación, el lanzamiento de la campaña
de la República de los Medios, la importancia que ha logrado la Defensoría
del Televidente, todos los eventos para conmemorar los 15 años
del 22... en fin.
José Antonio Fernández: ¿Qué te mueve sentimentalmente
la televisión?
Jorge Volpi: Yo me crié con la televisión. Mi padre, aunque era
enérgico para muchas cosas, nos dejó ver toda la televisión
que quisimos, a mi hermano y a mí.
Es muy probable que dos de las cosas que más me gustan y más
me han formado, que son la ciencia y la literatura como lector, se las deba
a la televisión comercial, no a la cultural. Cuando yo estaba en primaria
fue cuando vi por primera vez el programa Cosmos, de Carl Sagan, y a partir
de ahí la
ciencia se volvió algo esencial en mi vida, aunque no
sea científico.
Terminé escribiendo dos novelas del mundo de la ciencia.
Por otra oparte, mi madre es fanática de las películas y programas
de televisión de misterio. De tal manera que yo de niño
devoraba esos programas. Recuerdo que de niño me gustaba
ver en Canal 13 la serie inglesa
Misterio en su casa. Gracias a esos programas a los doce años
leí por
primera vez un libro por gusto. Pregunté que libro se parecía
más a Misterio en su casa, y mi padre puso en mis manos los cuentos
de Edgar Allan Poe. Ahí nació todo.
Reconozco que es por estas tendencias personales que en el
22 producimos el programa La Oveja Eléctrica
con Pepe Gordon, que aborda la ciencia, y los miércoles por la
noche programamos series británicas de misterio.
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