1 .
  Lo curioso del caso, es que antes de que aparecieran las redes sociales en la televisión abierta se produjeron cualquier cantidad de programas en los que participaban personas de todas las clases sociales y de todos los sectores, incluso hasta opositores a los gobiernos en turno, y se conseguía que también la sociedad se comunicara con la sociedad, aunque debo subrayarlo la interacción no era de forma masiva, como sucede hoy con las redes sociales. Es decir, no toda la sociedad tenía esa posibilidad de opinar al instante sobre cualquier tema como sí sucede hoy con las redes sociales.
nbsp; Pero esos buenos tiempos de polémica de la televisión abierta no los conocen las nuevas generaciones, muchos jóvenes creen que antes de las redes sociales no existieron tiempos de apertura de ningún tipo en la televisión, que la sociedad vivía con total desinformación, lo cual es impreciso, no es una verdad absoluta.

2 .
   Es tiempo de que la tecnología que hace posible la existencia de la televisión juegue un papel protagónico que permita valorar el poder de la televisión abierta y no se muestre como una tecnología retrasada en comparación al internet. No es justo verlo así y además no es un análisis correcto, cada tecnología tiene su valor y la tecnología de la televisión posee un valor inmenso que puede dar grandes beneficios a la población.

3 .
  Para empezar, hoy muchos equipos de grandes marcas han encontrado la manera de interconectar las redes sociales con la televisión, pueden colocar lo que se dice en redes sociales en pantalla y también tienen la posibilidad de provocar tendencias originadas en la televisión en las redes sociales, lo que significa un avance muy importante. Pero no es suficiente para conseguir lo que planteo.

4 .
  Lo que digo es que se necesitan soluciones creativas en la producción de programas (pueden ser de debate o entretenimiento) en los que la sociedad tenga la opción de ver en vivo discusiones sobre los temas de mayor relevancia y en los que las redes sociales jueguen ese papel importante que hoy les caracteriza.

5 .
  Explico más: observo que la televisión abierta se ha quedado pasmada ante las redes sociales, como si nunca en su historia hubiera sido generadora de cambios y un gran sitio para la polémica que sin duda ayudó a despertar conciencias y a que avanzara el conjunto de la sociedad.

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  Esta pobre percepción de la televisión como NO centro de discusión y generación de nuevas y benéficas ideas para la sociedad, está sobrevalorando las redes sociales y pone contra la pared el prestigio de la televisión, lo que es sin duda absolutamente injusto por impreciso. Además de que elimina de las discusiones sociales quizá al 70 por ciento de la población que no interactúa con intensidad en las redes sociales.
nbsp; Algún porcentaje de ese 70 por ciento que no participa en redes, de vez en vez se encuentra con un meme o recibe el comentario de un joven cercano que le cuenta con entusiasmo contenidos de mayor atrevimiento, como el "renuncia Peña".

7 .
  Es tiempo de que la televisión con toda su tecnología recupere su liderazgo como el lugar ideal para que se den en vivo y en persona las mejores discusiones sobre los temas que más importan a la sociedad. Su capacidad para transmitir en vivo y llegar sin costo (la televisión abierta) a millones de espectadores, prácticamente a toda la población en un mismo momento, es su principal poder tecnológico, que ahora no está siendo valorado en su enorme medida por el público ni por quién hace la televisión.

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  En cambio, las redes sociales sí han hecho valer su tecnología instantánea a los ojos de la nueva generación como lo más importante en el planeta hoy en materia de comunicación, y la televisión la muestran como una tecnología de salida que está de brazos cruzados, cuando también puede dar información al instante y llegar a un mayor número de espectadores de forma simultánea.

9 .
  Los creativos de la televisión y también quienes se desempeñan en puestos de dirección en las cadenas necesitan revalorar el poder tecnológico de la televisión. Bien identifica el Ing. Guillermo Franco, Director de Multimedios, en entrevista publicada en la Revista TelemundoCine y también en RevistaPantalla.com: el poder mayor de la televisión abierta es la transmisión en vivo, nunca debemos perderlo de vista. Por eso es que Multimedios produce 14 horas de televisión que transmite en vivo, eso da alta audiencia.

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  Para revalorar la tecnología de la televisión, indispensable es recordar lo que se producía antes de que llegaran las redes sociales. Existieron cualquier cantidad de programas de debate con público, algunos con público en el estudio, en los que participaban desde un invitado hasta diez o quince que tenían la posibilidad de intervenir en las discusiones. Los teléfonos abiertos al público se saturaban cuando las discusiones eran reales. Esos programas fueron conducidos por personajes como Jorge Saldaña, Jimmy Fortson, Nino Canún, Javier Solórzano y Jacobo Zabludovsky, recuerdo a Joaquín López Dóriga conducir maratones informativos desde Pronarte para apoyar a la población cuando sucedió el sismo del 85. Hoy el mismo López Dóriga explota la tecnología de la televisión abierta y conduce el programa de debate Si me dicen no vengo, al que todavía tiene posibilidad de enriquecerlo con soluciones tecnológicas hechas a la medida de su contenido.

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  Posibilidades de aprovechar la tecnología de la televisión existen, el punto es que dentro de los canales sean los productores los que salgan del pasmo y comprendan que la televisión tiene su propio poder tecnológico y que las redes sociales cuentan con el suyo y lo están colocando en un primerísimo plano, tan adelante que hasta hace quedar mal a la televisión, y más aún a la televisión abierta.

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  Imagine el lector que un capítulo de una telenovela se produzca y transmita en vivo, o que al finalizar una película se dé un debate con el director o los actores, o que se cocine deveras en vivo. O que el Presidente Peña, ahora que tiene tan baja calificación en su popularidad, se siente en televisión en vivo en un maratón de preguntas y respuestas abiertas del público en el que se pueda avanzar con las preguntas, es decir: que no sean preguntas únicas sobre cada tema sino que puedan surgir preguntas de las respuestas del Presidente.

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 Estoy asombrado al ver cómo la televisión abierta no ha logrado presumir su poder tecnológico sobre todo en los dos últimos años, pero ha permitido que las redes sociales se vean ante la sociedad como la tecnología de punta sin rival, y eso me parece que es totalmente injusto para la televisión. El sabor de la producción-transmisión en vivo es justamente lo que hace poderosas a las redes sociales y es un poder que la televisión abierta tiene desde su nacimiento y que hoy no lo está haciendo valer.

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  Claro está que para el gobierno es mucho más fácil torear a las redes sociales que son un 30 por ciento de la población o quizá un cuarenta cuando mucho, que lidiar con toda la población si se da una información importante en la televisión. Me explico: la información en un programa de televisión de debate puede alcanzar a más personas que si esa misma información se divulga en redes sociales. Por supuesto que no quito el mérito a las redes sociales, solo hago conciencia que el poder de la tecnología de la televisión abierta es mayor que el de las redes sociales porque puede llegar a más personas al mismo tiempo y porque permite que se dé una interacción mayor con el público que incluye a las redes sociales. O sea, la televisión abierta es más poderosa que las redes sociales, de ahí que el poder mantenga en una camisa de fuerza sus contenidos, lo que ha dañado su rentabilidad