El programa Shalalá producido por TV Azteca, es una idea original de Katia D Artigues, la periodista (mujer) más creativa de México y la que más ha respetado a la televisión como medio.
Cuando Katia D Artigues propuso por primera vez su idea de Shalalá, lo hizo a Televisa. Por cierto, la dijo antes de que existiera Big Brother. El ejecutivo que escuchó su propuesta contestó a la periodista que era un proyecto muy caro, lo que hacía inviable su producción. Y es cierto, Shalalá es un programa caro.
Pero pasó el tiempo y la idea no se le fue de la cabeza a Katia D Artigues. Al contrario, la fue platicando y cuando se dio la oportunidad la volvió a proponer pero ahora en TV Azteca. Se la dijo a Tristán Canales, alto ejecutivo de la televisora, que le abrió los espacios necesarios para que le dieran luz verde.
Shalalá es una emisión que tiene muchas peculiaridades. La idea original es un reto, responde a una pregunta compleja: ¿cómo realizar un programa de entrevistas con personalidades relevantes del momento, en muchos de los casos políticos de alto nivel, en el que se pueda establecer una conversación casi íntima con los invitados? Y otra pregunta más: ¿cómo lograrlo cuando en un estudio de televisión al menos están presentes 10 personas del equipo de staff que se mueven, hacen ruido y cuchichean?
La primera solución propuesta por Katia D Artigues es el alma de Shalalá: que la escenografía sea un moderno departamento con todo y cocina, y que 9 cámaras y personal de staff se ubiquen detrás de los muros (espejos), de tal forma que en el set se encuentren sólo las conductoras y los invitados.
Katia D Artigues tuvo libertad total para diseñar, producir y realizar Shalalá. Tomó una segunda decisión afortunada: invitar a Sabina
Berman, su vecina (y también buena amiga) en la vida real, para compartir con ella la conducción y la dinámica de las entrevistas. Berman entró al proyecto para enriquecerlo de inmediato. De entrada, bautizó el programa con el nombre
Shalalá, frase que Katia D Artigues usaba todo el tiempo como muletilla cuando contaba su idea del programa y otros sueños. Berman también aporta un aire de cierta dureza, que contrasta con la aparente suavidad de Katia.
Se complementan y lo saben. La ruda y la suave. Shalalá es un programa original de entrevistas de fondo que suma características muy especiales. Permiten que los invitados se concentren y tomen muy en serio la conversación.
Enlistamos algunas:
• Los invitados llegan directo a maquillaje y después son llevados al estudio en donde en el mejor de los casos en forma inmediata debe iniciar la entrevista.
• Una vez en el set, los invitados no ven cámaras ni staff.
Están solos con Katia D Artigues y Sabina Berman.
Idealmente no deben darse interrupciones en la grabación. La entrevista puede alargarse el tiempo necesario, sin cortes.
• A los invitados les dan de comer y de beber lo que a ellos más le gusta. Ayuda para que se relajen y liberen.
• Cuando los invitados llegan al estudio de Shalalá, es común que tengan un breve momento de confusión al no ver cámaras ni staff, pero en unos cuantos minutos entran en confianza y se meten a profundidad en la entrevista porque no son interrumpidos por Berman y D Artigues.
• El objetivo es que se muestren como seres humanos, con virtudes y defectos y con opiniones verdaderas.
En Shalalá el invitado es la estrella, y no las conductoras. Este principio define todo el tiempo la dinámica de la serie: llevar al invitado a que muestre quién es, qué ha hecho, cuáles son sus preocupaciones y qué piensa, de verdad, sobre los asuntos que se tratan.
Dos anécdotas curiosas, aparentemente sin importancia, que retratan la atmósfera que se vive en Shalalá: cuando invitaron a Diego Fernández de Ceballos bebieron 3 botellas de vino más unos cuantos tequilas.
Otra más: cuando Enrique Peña Nieto estuvo en Shalalá, reveló que La Gaviota (Angélica Rivera) es su novia. Entonces le preguntaron el por qué no lo había dicho antes. El joven gobernador del PRI respondió: porque nadie me lo había preguntado.
Shalalá pasa una prueba de fuego en cada capítulo: que las entrevistadoras no se comporten como grandes amigas de los entrevistados ni se
conviertan en jueces de sus invitados. No deben
perder la distancia con el príncipe.
En Shalalá no se permite que los acompañantes de los invitados estén presentes en el estudio. Tienen un lugar especial para seguir la entrevista en el momento.
La atmósfera de Shalalá y el estilo aparentemente suave de Katia D Artigues y el casi siempre determinante de Sabina Berman, da una
combinación única que permite desarrollar una conversación que se sumerge en la sensibilidad, el espíritu y el pensamiento del entrevistado.
El mayor riesgo de Shalalá es que el espectador simpatice con el entrevistado, en tanto se presenta como un ser humano -incluso no le ponen el crédito de su puesto-, lo que podría impedir que el público vea sus debilidades, contradicciones y defectos con claridad o que les reste importancia.
Programa: Shalalá
Televisora y Casa Productora: TV Azteca
Idea original: Katia D Artigues
Conducción: Katia D Artigues y Sabina Berman
Productora: Hilda Soriano
Directora: Isabel Tardán
Investigadores: Rocío Bolaños y Samuel Ocampo
Gerente de Producción: Alejandra Quero
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