Y la telenovela Sortilegio, la estelar de Televisa producida por Carla Estrada, está a punto de romper el récord histórico de mayor número de escenas de desnudos de hombres en una telenovela, título que perderá Fuego en la Sangre, historia protagonizada por Eduardo Yáñez, Pablo Montero y Jorge Salinas, en la que hubo torsos desnudos para aventar para arriba.
La característica pincipal de Sortilegio es que los hombres se quitan la ropa a la menor provocación. Los motivos sobran: el calor, un pleito, el irse a dormir, el levantarse, si oyen un ruido, cuando se preparan para el clinch o el más lógico de todos: al hacer el amor (lo que es un contínuo). No importa el por qué, lo importante es que los hombres se desnuden (William Levy, Julián Gil y David Zepeda).
Si estuvieran en el Blanquita, ya habría abucheos y bromas.
Lo curioso del caso, es que en Sortilegio las mujeres no se desvisten. Es un misterio el por qué no lo hacen. Pregunta a Carla Estrada: ¿y el contenido?.
Tomaron la mejor decisión: terminarla súbitamente.
Lea ahora mismo una entrevista con Carla Estrada en la que cuenta el por qué se decidió a ser productora de telenovelas (Juan Ibarguengoitia).

Marina Stavenhaguen cumple ya más de dos años encabezando Imcine y ahora tiene ante sí el mayor reto al que jamás ningún director de esa institución se había enfrentado: sacar ya de la zona de confort al cine mexicano para lanzarlo a ser una industria en toda la extensión de la palabra, como alguna vez lo fue (desde los cuarentas hasta los ochentas).
Muchos preguntarán: ¿zona de confort? Sin duda, yo sí creo que ahí está, aunque muchos supongan lo contrario.
Con más de 4,000 salas de cine en el país y un mundo abierto, un equipo de directores, escritores, talento, staff y actores bien formados y fuertes, múltiples premios de la cinematografía mexicana obtenidos en nuestro país y el extranjero, festivales consolidados y fórmulas diversas de apoyo económico para hacer películas, ahora es el momento de que el cine mexicano se comporte como adulto, deje de estar protegido y tenga el carácter, la entrega, la inteligencia y la capacidad de negociación para comportarse como un equipo de personas que cumplieron ya la mayoría de edad.
No se trata de eliminar el 226, Foprocine ni Fidecine, pero si de tomar valor para que nuestro cine crezca y se hable de tú a tú con exhibidores, distribuidores, televisoras, público y dinero (J.A.F.).

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